La actividad manufacturera de la zona euro vuelve a caer al ritmo más fuerte del año

El deterioro de la actividad manufacturera de la eurozona volvió a repetir en julio el mismo nivel de caída que el mes anterior, con una lectura del índice PMI de 45,8 puntos, repitiendo así el peor nivel en lo que va de año.

Al comienzo del tercer trimestre, la reducción más pronunciada de los nuevos pedidos provocó contracciones más fuertes de la producción y del empleo en el sector manufacturero, mientras que también se observaron nuevos declives en la actividad de compra y los inventarios, al tiempo que la confianza empresarial se debilitó hasta su nivel más bajo en cuatro meses.

En cuanto a la inflación, tras un entorno benigno en general en el segundo trimestre, los datos de las encuestas de julio indicaron una marcada aceleración en las presiones de los costes, ya que los precios de los insumos aumentaron al ritmo más rápido en año y medio, aunque las fábricas de la zona euro se abstuvieron de repercutir el incremento de los costes a los clientes, ya que las tarifas cobradas se mantuvieron prácticamente sin cambios.

Por otro lado, si bien el PMI manufacturero fue exactamente igual que la del mes anterior, la mayoría de los ocho países de la zona euro cubiertos por el estudio registraron una disminución del índice, con bajadas en Alemania y Francia, las dos economías más grandes del bloque, hasta sus mínimos de tres y seis meses respectivamente.

De su lado, Grecia y España, que han sido los dos países con el mejor resultado en lo que va de año, también perdieron impulso de crecimiento, mientras que Italia e Irlanda fueron los únicos dos países que registraron un aumento de sus respectivos índices PMI manufactureros.

«La creencia generalizada de que la recuperación de la zona euro se aceleraría en la segunda mitad del año ya no puede sostenerse tanto», ha advertido Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, para quien los datos de PMI hacen necesario reducir la previsión de crecimiento del PIB para el año a menos del 0,8% esperado anteriormente.

Por otro lado, el experto ha destacado que la débil situación de la demanda, que ha empeorado aún más desde junio, implica que el aumento de los precios de los insumos «no se puede repercutir a los clientes tan fácilmente» y supone una reducción de los márgenes de beneficio para las empresas.

«Si esta tendencia continúa, augura problemas para la inversión y el crecimiento futuro, ya que las empresas probablemente comenzarán a reducir los costes», ha avisado.