La pandemia ha empeorado la salud mental de todos los ciudadanos, algo refrendado por los numerosos estudios que se han ido publicado y que se cumple especialmente en el caso de los inversores: su ansiedad ha aumentado significativamente y muchos han cambiado su comportamiento.
El caso de los inversores encuestados por EFPA España da una pista sobre la situación: el 96% de los asesores afirmó que sus clientes habían cambiado su comportamiento como consecuencia de las incertidumbres económicas y financieras a raíz de la pandemia.
Asimismo, el 47,1% de los asesores apreció síntomas claros de ansiedad en sus clientes, lo que les llevó a tomar decisiones equivocadas, mientras que el 49% detectó «cierto nerviosismo» en estos durante los primeros meses, pero sin efectos importantes en los resultados de sus carteras.
El principal indicador de la Bolsa española, el Ibex 35, se desplomó en marzo de 2020 un 22,21%, en el que fue el peor mes de su historia, y se situó en 6.785 puntos.
El 12 de marzo fue un día especialmente crítico en los mercados: Milán cayó el 16,92%; Madrid, el 14,06%; París, el 12,28%: Fráncfort, el 12,24%, y Londres, el 10,87%. El Dow Jones y el Nasdaq, por su parte, se dejaron un 9,99% y un 9,43%, respectivamente.
Si bien los últimos meses han traído consigo una relajación de las medidas de prevención que afectó positivamente a los mercados, la aparición de la variante ómicron hizo que el Ibex 35 se hundiese un 8,3% en noviembre, su peor mes desde marzo de 2020.
La consecuencia de esta situación es que el 43,2% de los asesores señala que sus clientes toman más decisiones basadas en la emoción o sentimientos y prácticamente todos consideran que los problemas financieros pueden afectar a la salud física y mental de las personas y, en particular, de los inversores.
Lo confirma el profesor de psicología social de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, que ha explicado en declaraciones a Europa Press que el aumento de la ansiedad fruto de la pandemia ha hecho que los inversores lleven a cabo actos impulsivos.
A esto se suma el auge de las plataformas de negociación a través del móvil o el ordenador, que han abierto la posibilidad de invertir casi a cualquier edad de una forma fácil, defiende Miralles.
El 65% de los inversores encuestados por Schroders está de acuerdo o muy de acuerdo en que la rentabilidad de sus inversiones tiene un impacto en su salud mental y el 67% de los encuestados de este grupo ha dedicado más tiempo a pensar en su bienestar financiero, frente al 65% y el 76% de los inversores no jubilados, respectivamente.
Los más preocupados por su salud mental son, sin duda, los inversores pertenecientes a la generación Z: el 88% defiende que sus inversiones influyen en su salud mental, frente al 58% de los pertenecientes a la generación X, según Schroders.
Los confinamientos y pasar un mayor tiempo en casa han hecho además que inversores y no inversores utilicen más sus dispositivos digitales, ya sea por ocio, trabajo o para informarse.
Así, ha aumentado la cantidad de veces que los inversores comprueban el valor de sus inversiones: en 2020, un 37% de los españoles encuestados por Schroders pensaba con frecuencia en sus inversiones, mientras que ahora el 44% lo hace una o más veces por semana y el 22%, dos o tres veces al mes.
La tendencia es similar a nivel global. Del 35% que comprobaba sus carteras frecuentemente se ha pasado al 45% y un 20% lo hace dos o tres veces por mes.
Esa ansiedad es perceptible incluso para los inversores jubilados, que si bien comprueba el valor con menos frecuencia que los jubilados, la cifra se acerca mucho: el 40% lo hace una o más de una vez por semana.
El socio fundador de Wealth Solutions y Finletic, Jorge Coca, ha indicado en un comentario a Europa Press que aquellos inversores que consultan las carteras con menos asiduidad se encontrarán más reconfortados que aquellos que lo hacen periódicamente a corto plazo.
Coca ha añadido que cuanto más se revisan las carteras, «mayor será la probabilidad de verlas en pérdidas», lo que provocará una mayor frustración, que se traducirá a su vez en cambios provocados por las emociones negativas del momento.
«La clave para alcanzar el autocontrol y no mirar las carteras en el corto plazo es la planificación y la construcción de carteras coherentes con los objetivos y necesidades a alcanzar», ha destacado.
Por otra parte, el 75% de los españoles está de acuerdo o muy de acuerdo en que desde el estallido de la pandemia ha dedicado más tiempo a pensar en el bienestar financiero y ha intentado reorganizar sus finanzas personales.