La balanza por cuenta corriente de la zona euro registró en el último trimestre de 2014 un superávit de 91,8 mm de euros, frente a los 78,9 mm de euros contabilizados en el último trimestre, según los datos facilitados este jueves por el Banco Central Europeo.
El aumento del superávit por cuenta corriente tuvo su origen en los incrementos de los superávits tanto de las balanzas de bienes como de las rentas primarias, de 60 mm a 81,1 mm y de 29,5 mm a 30,3 mm de euros, respectivamente. Una evolución que en parte se compensó con una reducción del superávit de la balanza de servicios y con un aumento del déficit en concepto de rentas secundarias, de 18,7 mm a 12,8 mm de euros y de 29,3 mm a 32,4 mm de euros, respectivamente.
La evolución de la balanza de servicios se explica por un deterioro de los saldos de todos los componentes principales, con la excepción de los servicios de telecomunicaciones, de informática y de información, cuyo superávit aumentó de 10,6 mm de euros a 12,2 mm. El incremento del superávit de la partida de rentas primarias tuvo su origen en una reducción del déficit de las inversiones de cartera de las rentas de inversión, mientras que los demás componentes principales se mantuvieron sin apenas variación.
Al final de 2014, la posición de inversión internacional de la zona euro registraba pasivos netos por importe de 1,3 billones de euros frente al resto del mundo, lo que supone un descenso de los pasivos netos de 38 mm si se compara con el tercer trimestre. Este descenso se debe a una reducción de las posiciones deudoras netas en inversiones de cartera y derivados financieros, a un cambio de signo de posición deudora neta a posición acreedora neta en otras inversiones, y un aumento de los activos de reserva. Una evolución que en parte se contrarrestó con una caída de la posición acreedora neta en inversiones directas.
Las variaciones de la posición neta en todos los componentes, salvo las inversiones de cartera reflejan, principalmente, revalorizaciones –variaciones de los tipos de cambio y de los precios de los activos– y otras variaciones de volumen, mientras que la evolución de las inversiones de cartera estuvo determinada por las transacciones y otras variaciones compensatorias.
Al final de 2014, la deuda externa bruta de la zona del euro ascendía a 12 billones de euros (aproximadamente el 120% del PIB de la zona del euro), lo que representa un incremento de 30 mm de euros en comparación con el trimestre anterior. Por el contrario, la deuda externa neta se redujo por el mismo importe (30 mm de euros), debido a un incremento más acusado de las tenencias de activos (deuda) emitidos por no residentes en poder de residentes en la zona del euro.