Las pérdidas en España, por su parte, suponen la mitad del total de las oficinas y un tercio del trabajo comunitario
Este jueves se ha presentado en Madrid el octavo Policiy Brief, realizado por EuropeG, sobre “la banca en la Eurozona: un sector en proceso de transformación”, en el que se ha tratado como la crisis ha cambiado la cara al sistema financiero comunitario.
Entre los resultados presentados, destaca la pérdida de 29.000 sucursales y 200.000 empleos durante estos años, como consecuencia, entre otros factores, de un proceso de concentración que ha llevado a reducir considerablemente el censo de entidades.
España habría acaparado, tras su reestructuración, la mitad de las oficinas cerradas y un tercio de la reducción de trabajadores. El ajuste en nuestro país fue duro, sin embargo, en la actualidad cuenta con el mayor número de sucursales en relación con su población, junto con Chipre.
“En España existen muchas sucursales minoristas; es decir, de pequeño tamaño –con tres o cuatro trabajadores”, explicaba Garrido durante el evento. Sin embargo, este es un “sistema muy costoso”, advierten desde EuropeG.
La concentración trae problemas
De hecho, nuestro país sería el segundo país por la cola en este sentido y su variación caería más de un 25%. Así, la reestructuración ha supuesto que el grado de concentración haya ascendido hasta valores cercanos al 60% para 2014, cuando en 2008 estaba cerca de los 40 puntos porcentuales.
En la actualidad existen 5.641 entidades, frente a las 6.774 para toda Europa del 2008. Las cinco entidades más grandes suponen ya el 48% de todo el mercado, cuatro puntos por encima que el citado año.
A causa de esta tendencia, de absorción de bancos pequeños por otros de mayor tamaño, ha propiciado que en el viejo continente “todavía queden muchos activos de dudosa calidad”, como aseguraba Antoni Garrido, director del estudio y profesor de la Universitat de Barcelona.
“Por eso, tenemos un problema competitivo –entre otros factores- frente a Estados Unidos, donde estas entidades fueron liquidadas”, concluía durante la presentación de su informe.
La vuelta a casa
Este proceso de unión, unido a otros factores, ha propiciado “la vuelta a casa” de las cajas europeas, que antes de la crisis tenían un grado de internacionalización a nivel de los bancos americanos. “Tras la entrada en circulación de la moneda común este fenómeno crece más aún”, apuntaba en este sentido Antoni Garrido que continuaba añadiendo que “todo se truncó con la crisis”.
“La banca doméstica tiene una posición dominante en los países más potentes de la Unión Europea. De hecho, la presencia de entidades extranjeras es solo del 10% en estas economías”, apuntillaba en este sentido.
La aparición de nuevos competidores
Por otro lado, la aparición de nuevos competidores –de carácter tecnológico- más ágiles y menos regulados afecta al negocio de la banca tradicional por su naturaleza. Es una competencia que “ha de ser considerada beneficiosa”, ya que contribuye a abaratar el coste de los servicios financieros y aumenta las fuentes a las que se puede acudir para ello.
“Las Fintech empiezan a ser un competir real. Por ello, los bancos han reaccionado comprando y fusionando este tipo de start ups a sus estructuras. El problema es que no están reguladas y esto puede traer problemas futuros. La regulación es clave, aunque significa que perderán parte de su competitividad”, aseguraba Garrido en este sentido.
Por lo tanto, el panorama ha cambiado, no solo a los niveles hasta ahora citados. Por ejemplo, el balance de los bancos es más ligero en la actualidad –de hecho, el irlandés se redujo un 70%- y su modelo de negocio ha cambiado, tras los bajos tipos de intereses con los que se cuenta en la actualidad. “Este escenario se constituye como una dimensión desconocida”, aseguraba en este sentido Antoni Castells, director de EuropeG.
“El gran Tsunami ya ha pasado, aunque no ha terminado aún. Ahora se trata de ver que ha ocurrido tras el paso de la gran ola”, continuaba el propio Castells durante la presentación. Queda claro, nos encontramos ante una situación diferente con un sistema regulatorio más fuerte. Los bancos se han transformado para sobrevivir y muchos lo han conseguido, gracias al saneamiento y la capitalización de las cajas.