La captación de fondos en los mercados privados en todas las clases de activos a nivel mundial descendió un 22% en 2023, hasta algo más de un billón de dólares, el total más bajo desde 2017, lastrada por el llamado «efecto denominador», que persistió a causa de una reducción de la actividad en el mercado de operaciones.
Este es uno de los datos aportados por la consultora McKinsey & Company en un artículo donde adelanta las principales conclusiones de su ‘Informe Global de Mercados Privados 2024’, que se publicará en marzo. En él se analizan la evolución y los resultados del sector de la inversión de capital privado, que abarca el capital riesgo, el sector inmobiliario, la deuda y las infraestructuras y los recursos naturales.
En Norteamérica, la captación de fondos disminuyó en línea con las cifras mundiales, mientras que Europa se mostró más resiliente, experimentando una caída de solo un 3%. En Asia, la captación de fondos se desplomó y actualmente se sitúa un 72% por debajo de su nivel máximo, alcanzado en 2018.
En 2023, la captación de fondos, la actividad de operaciones y los resultados de los mercados privados siguieron bajo presión, aunque hubo algunas excepciones notables entre las distintas estrategias y regiones, según McKinsey. Por ejemplo, las estrategias de compra de capital privado registraron su mejor año de captación de fondos de la historia, y a los gestores y vehículos más grandes también les fue bien.
BAJO RENDIMIENTO
Las dificultades macroeconómicas se mantuvieron durante todo el año, con un aumento de los costes de financiación y unas perspectivas de crecimiento inciertas que afectaron a los mercados privados.
Los gestores se aferraron en gran medida a los activos para evitar venderlos en un entorno de múltiplos más bajos, alimentando así un ciclo de disminución de la actividad en el que los socios comanditarios frenaron los nuevos compromisos.
Además, en la mayoría de las clases de activos privados, el rendimiento se mantuvo en 2023 por debajo de las medias históricas por segundo año consecutivo. McKinsey considera que, en esta nueva era de la inversión, será «más necesario que nunca» que los gestores de mercados privados se centren en el crecimiento de los ingresos y la expansión de los márgenes.
Una de las principales conclusiones del informe es que, a pesar de una marcada recuperación en el denominador, muchos socios comanditarios siguen sobreexpuestos a los mercados privados en relación con sus asignaciones objetivo.
Las asignaciones medias en capital privado, infraestructuras y bienes inmuebles se situaron a principios de 2023 en las asignaciones objetivo o por encima de ellas, y el numerador creció a lo largo del año porque la falta de salidas y el repunte de las valoraciones hicieron que los valores netos de los activos aumentaran. Pese a todo, estudios recientes muestran que la mayoría de los socios comanditarios siguen comprometidos con los mercados privados.
CONCENTRACIÓN DE LA CAPTACIÓN DE FONDOS
Por otro lado, McKinsey ha observado que la concentración de la captación de fondos ha alcanzado su nivel más alto en más de una década, ya que los inversores han seguido desplazando los nuevos compromisos hacia los mayores gestores de fondos. Los fondos más grandes crecieron aún más, mientras que los fondos más pequeños y más nuevos tuvieron dificultades.
El informe también indica que las reservas de polvo seco (el capital comprometido pero aún no desplegado) aumentaron por noveno año consecutivo, llegando a los 3,7 billones de dólares, y que el inventario de polvo seco (el capital disponible para los socios generales expresado como un múltiplo del despliegue anual) subió por segundo año consecutivo en capital privado.
Por otro lado, el ‘buyout’ y el capital riesgo, las dos principales subclases de capital privado, se comportaron de forma muy distinta durante los últimos 18 meses. En el caso del ‘buyout’, 2023 fue el año de mayor captación de fondos y su rendimiento mejoró; en cambio, la captación de fondos en el capital riesgo se redujo casi un 60%, igualando su total más bajo desde 2015.
El análisis de McKinsey señala igualmente que los múltiplos de entrada de las compras de capital privado bajaron de 11,9 a 11,0 veces el EBITDA (beneficio bruto de explotación calculado antes de deducir los gastos financieros) en los nueve primeros meses de 2023.
LA DEUDA PRIVADA, EL ACTIVO MÁS RESILIENTE
En cuanto al sector inmobiliario, la consultora apunta que la incertidumbre en la demanda, la ralentización del crecimiento de los alquileres y los elevados costes de financiación elevaron los tipos máximos y dificultaron la determinación de precios, y todo ello afectó negativamente al volumen de operaciones, la captación de fondos y el rendimiento de las inversiones.
Tampoco fue un buen año para las infraestructuras y los recursos naturales, un ámbito en el que, tras varios años de fuerte crecimiento y buenos resultados, la captación de fondos se redujo un 53%, igualando el total más bajo desde 2013. Sin embargo, los socios comanditarios encuestados por McKinsey siguen mostrándose optimistas respecto a esta clase de activos.
Por último, la deuda privada siguió siendo la clase de activo privado más resiliente en un contexto de mercado turbulento: la captación de fondos disminuyó sólo un 13% y se obtuvieron los rendimientos más altos de todas las clases de activos hasta el 30 de septiembre.
Otras dos cuestiones que resalta el análisis de la consultora son el potencial transformador de la inteligencia artificial generativa, que puede ayudar a optimizar la generación de tesis, la búsqueda de operaciones, la diligencia debida en la inversión y el rendimiento de la cartera, y la necesidad de seguir mejorando la diversidad en los mercados privados, aumentando la representación de mujeres y de las minorías étnicas y raciales.