El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, prefirió este viernes no dar detalles sobre el resultado de la investigación que ha hecho el organismo de las cuentas de Banco Popular por un posible falseamiento, para limitarse a defender que “cuando se observan irregularidades se hacen las actuaciones correspondiente”. Así lo explicó en el seminario ‘La economía ante el blockchain. Lo que está por venir’, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) en el marco de los Cursos de Verano de la UIMP en Santander.
Según informa ‘Expansión’, la CNMV ha trasladado al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que lleva la causa de la gestión de la antigua cúpula de banco, que se han detectado irregularidades en las cuentas del Popular en 2016.
“Es un asunto al que yo me referí en una comparecencia en el Congreso de los Diputados en enero, y llegué a donde creí que debía llegar”, explicó.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha analizado si Banco Popular ocultó pérdidas en periodos previos a su resolución y venta al Santander, lo que se produjo a primeros de junio de 2017.
Albella señaló el pasado enero en el Congreso que la CNMV comenzó una serie de análisis tras la publicación, en septiembre del año pasado (cuando ya lo controlaba el Santander), de los resultados individuales del Popular correspondientes al primer semestre, que arrojaron unas pérdidas de 12.000 millones de euros.
En concreto, dijo entonces que se estudiaba en qué medida es “razonable” imputar esos resultados en su integridad a los seis primeros meses de 2017 o “si, al menos en parte, debían haberse imputado a ejercicios anteriores”.
Sobre las nuevas informaciones, señaló hoy en Santander que “el hecho de que haya habido difusión de información a raíz de que hayamos interactuado con un órgano judicial es ajena” a la CNMV.
“Entre las funciones de la CNMV está la supervisión de la información financiera de las cotizadas”, destacó, pero “no le corresponde desarrollar actividades propias de los auditores”. “La supervisión financiera llega a donde llega, igual que en nuestros homólogos europeos”, señaló.
FALTA DE MEDIOS
Pese a ello, se quejó de la falta de medios y el retraso con que va la regulación. “Los medios son insuficientes y no nos permiten llegar a donde querríamos llegar”, lamentó.
Además, reconoció que el caso del Popular o el de Bankia “no cabe duda de que son asuntos de una enorme repercusión pública y afecta a la imagen de los supervisores”.
Sin embargo, subrayó que la labor de supervisión es “difícil” y “compleja”, y que “nada garantiza una seguridad total”, aunque la CNMV “ha hecho una labor extraordinaria desde el año 88”.
En cuanto al hecho de que la regulación “va por detrás”, dijo que, por ejemplo, si la regulación europea de mercados Mifid II hubiera estado en vigor hace años se habrían evitado casos como el de las preferentes.
TRANSPOSICIÓN DE LA DIRECTIVA EUROPEA Mifid II
Sebastián Albella, señaló por otra parte que sería razonable que el anteproyecto de ley que supondrá la culminación de la transposición al derecho español de la directiva europea en materia de mercado de valores (Mifid II), esté aprobado antes de final de año.
Albella recordó que en diciembre de 2017 se aprobó un real decreto con el contenido básico de la Mifid II y que el anteproyecto de ley que lo completará se encuentra en la actualidad en el Consejo de Estado.
“Parece que le queda muy poco tiempo” ahí, luego tiene que ser aprobado por el Consejo de Ministros y remitido al Parlamento, donde el presidente de la CNMV no prevé problemas para su aprobación. “Es razonable pensar que se aprueba este año, sería muy bueno”, añadió.
REGULACIÓN DE ‘CRIPTOMONEDAS’ Y ‘CRIPTOACTIVOS’
El máximo responsable del supervisor español lamentó que la CNMV no tiene competencia para supervisar operaciones con criptomonedas pero “nos gustaría que hubiera una regulación suficiente” y que sea la normativa que se aplica al mercado de valores porque son “actuaciones de captación de fondos con dinámica inversora”.
Albella incidió en que hace falta una regulación “mínima” porque “no tiene sentido” que la haya para los mercados de capitales tradicionales y que un fenómeno como es el de las criptomonedas, que puede ser de “volúmenes impresionantes” y “bastante estructurado”, se encuentre “al margen” de la regulación.
El presidente de la CNMV subrayó que la “preocupación” del organismo es “la protección del inversor y la protección del funcionamiento transparente y ordenado del mercado” y destacó que el fenómeno de las criptomonedas debe tratarse con “cautela y escepticismo” en el sentido de “estar alerta y poner en duda cuestiones que, en principio, los inversores podrían no poner en duda”.
No obstante, consideró que también se debe tener una actitud “abierta y acogedora” y ser “amables” para “no perder el tren” de los fenómenos tecnológicos.
En España, Albella explicó que se está decidiendo qué estrategia seguir a la hora de tratar las criptomonedas y los criptoactivos pero dejó clara su inclinación por proteger al inversor.
Señaló que se ha recabado información relativa a entidades que comercializan estos productos y “no es muy significativo”. Precisó que se trata de “ciertas decenas de millones de euros”. También indicó que hasta el momento, la CNMV no ha recibido ninguna solicitud de constitución de un fondo que invierta en bitcoins, aunque sí se han detectado “intentos” de comercialización de vehículos de inversión colectiva distintos.