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La coach Míriam Pascual enseña a gestionar emociones

Los traumas son heridas y, como toda herida, también pueden ser curados. Muchas veces, se reacciona frente a un hecho, ya sea una broma, un malentendido o una observación. Hechos completamente casuales terminan por generar sensaciones de malestar que se instauran en el cuerpo y pueden durar días, a veces semanas o incluso meses.

Míriam Pascual es una terapeuta y coach emocional especializada en el tratamiento de depresiones y, actualmente, desarrolla un trabajo impresionante al enseñar a la gente la mejor manera para gestionar emociones.

El trauma emocional y su tratamiento

El trauma, sostiene Míriam de manera magistral y pedagógica, suele ser una emoción anclada a un recorte. Ese recorte puede venir de muchos lugares: un recuerdo de infancia, haber presenciado discusiones familiares, una burla en el colegio, etc. Tiene conexión directa con el modo de reaccionar a hechos muchas veces banales del cotidiano.

Los eventos traumáticos dejan huellas en el comportamiento, haciendo que los individuos actúen de una determinada manera sin saber que están reviviendo mental y emocionalmente un acontecimiento que les ha pasado. Es común que se piense que esos traumas ya fueron superados, sin embargo, la sensación de incomodidad persiste porque en evidencia hace falta un trabajo de gestión emocional para aprender a realmente entenderlos.

Una buena gestión de las emociones

Una persona que sabe gestionar sus emociones es tan identificable como una persona que tiene un mal manejo de las mismas. Frente al cada vez más grande número de individuos incapaces de tener una buena gestión de las emociones, Míriam Pascual viene desarrollando métodos eficaces para ayudar a las personas.

Como terapeuta emocional exclusivamente dedicada al tratamiento de depresiones, ansiedad, estrés, fobias, traumas, autoestima y secuelas de maltrato, el trabajo de Míriam está ganando cada vez más visibilidad pública gracias a su eficiencia. La diferencia de su tratamiento es que el mismo se basa en pensar las manifestaciones traumáticas a un nivel celular y buscar la solución a partir de ahí.

Sentirse mal en el presente es también un síntoma de secuelas en el pasado y la mejor manera de curar esas secuelas es revisitando el recuerdo. En ese sentido, estar acompañado por un profesional capaz de brindar las herramientas necesarias para revertir el pasado en un aprendizaje es más que hacer terapia, es buscar el bienestar en la vida.

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