La crisis de la escasez de microchips semiconductores, que está afectando a la mayoría de los fabricantes de vehículos en todo el mundo, durará como mínimo hasta 2022 y serán necesarios miles de millones de euros para solucionarla.
Así se desprende de un estudio elaborado por la consultora Bain & Company, recogido por Europa Press, que asegura que pese a las grandes inversiones que se han anunciado y al apoyo institucional, a corto plazo son «muy limitadas» las opciones que existen para resolver esta situación.
Por ello, serán necesarios miles de millones de euros para superar esta crisis, que aún así se prolongará hasta 2022. Además, el documento asegura que esto no representará un episodio aislado, sino que sucederán múltiples eventos similares en el futuro, con una disrupción en la industria similar o mayor.
Sin embargo, la industria automovilística juega un papel «menor» en el mercado de esta clase de componentes, ya que solo posee un 10% de cuota de mercado mundial. Esta crisis está afectando ya a otros sectores como el tecnológico, sin embargo, están dispuestos a pagar más por los chips para evitar escasez.
Otro de los principales problemas de esta crisis es la concentración de proveedores, ya que la firma taiwanesa TSMC es la responsable de alrededor del 80% de los chips microcontroladores.
INVERSIONES
Por ello, el informe calcula que incrementar entre un 5% y un 10% las capacidades tecnológicas existentes costaría unos 40.000 millones de dólares (33.578 millones de euros al cambio actual). Además, mantener el desarrollo de esta tecnología supondría unos 110.000 millones de dólares (92.341 millones de euros) en diez años.
También es necesario construir una fábrica cada dos años por cada tecnología desarrollada e invertir entre 3.000 y 4.000 millones de dólares (2.518 y 3.358 millones de euros) cada año en investigación y desarrollo para seguir haciendo transistores más pequeños.