La cuarta votación para elegir al presidente de Italia ha concluido este jueves sin ganador de nuevo, mientras que las negociaciones entre los partidos políticos del país transalpino para acordar un nombre que satisfaga a todas las partes están estancadas.
El presidente saliente, Sergio Mattarella, que renunció a un segundo mandato, ha vuelto a ser la opción preferida para los electores y ha logrado 166 apoyos, incluso más que en la tercera ronda de votación.
Tras él, el más votado ha sido el juez Nino Di Matteo –56 votos–. En tercer, cuarto y quinto puesto figuran el exsenador Luigi Manconi –ocho votos–; la ministra de Justicia, Marta Cartabia –seis apoyos–; y el primer ministro, Mario Draghi –cinco–. Por su parte, las abstenciones han sido 441 y los votos en blanco han disminuido respecto al miércoles, con 261.
Los partidos de centro-derecha se han decantado este jueves por la abstención «para evitar nuevas fracturas», mientras que el Partido Democrático (PD), el Movimiento 5 Estrellas y Libres e Iguales (LEU) han votado en blanco.
Aunque no se desprende ningún avance de la jornada de votación, el nombre de la jefa de la Inteligencia italiana, Elisabetta Belloni, ha surgido en la hipotética terna de candidatos. Según ha recogido el diario italiano ‘Il Mesaggero’, el nombre no desagrada a la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, y, al menos de forma extraoficial, el nombre de Belloni obtiene aprobación en el bando de los partidos de centro-derecha y de centro-izquierda.
Mattarella también fue el ‘candidato’ más votado el miércoles, mientras que como novedad surgió el nombre del cofundador de Hermanos de Italia, Guido Crosetto, propuesto por su propio partido. Cosechó más de un centenar de votos.
La quinta votación está prevista para este viernes a las 11.00 horas (hora local). La designación del nuevo presidente depende de 1.009 personas –321 senadores, 630 diputados y 58 delegados regionales–. Para ser elegido en alguna de las tres primeras votaciones –la última la del miércoles–, el candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos (673), mientras que a partir de la cuarta el umbral pasa a la mayoría absoluta (505).
La renuncia de Mattarella a un segundo mandato, en un cargo más simbólico que político pero que puede marcar el devenir del país en momentos de crisis, ha abierto el abanico de opciones sin que haya un aspirante claro.