A finales de semana conocíamos los datos relativos a la evolución de las exportaciones del mes de noviembre de 2014. El titular se prometía igual de optimista que en los meses anteriores: el sector exterior crecía al ritmo del 2,2 por ciento interanual y sumaban 220.682,3 millones de euros, un «nuevo máximo en la serie histórica» y a un ritmo mayor que el de los meses anteriores.
Sin embargo, las importaciones también crecieron, hasta los 243.332,4 millones de euros en cifras absolutas ó lo que es lo mismo, un 5,8 en términos porcentuales. También se repite tendencia. Durante los últimos meses las importaciones vienen incrementándose a un ritmo superior al de las exportaciones: 6,5 por ciento en julio, 5,8 por ciento en agosto, 6,0 por ciento en septiembre, 6,2 por ciento en octubre, lo que inclina la balanza comercial hacia el lado del déficit y nos lleva a preguntarnos si no estaremos cometiendo errores del pasado y dejando que se gripe el motor de las exportaciones.
Aunque habrá que esperar a ver cuál es la evolución de los próximos meses, si analizamos las causas de por qué engorda el déficit de la balanza comercial -que se produce cuando importamos más de lo que exportamos- la adquisición de bienes de equipo, junto a las de productos químicos (medicamentos, plásticos, etc…), se convierte en uno de los principales protagonistas. Lejos de lo que pueda parecer, a priori estos datos son positivos y dan un espaldarazo a la recuperación.
Hasta el mes de noviembre España importó de 42.720 millones en bienes de equipo, lo que supone el 17,6 por ciento del total volumen importador y un 9,9 por ciento más que en el año 2013. En el detalle del reparto, el grueso del pastel se lo llevan aparatos eléctricos y de precisión (11.960,20 millones de euros), maquinaria para la industria (11.593,9 millones de euros) y equipamiento de oficina y telecomunicaciones (9.588 millones de euros). Un conglomerado de cifras, sobre el que cabe preguntarse cómo se traduce al ámbito de la economía real. Pues bien, todo se resume en una frase, si las empresas compran más bienes de equipo es porque necesitan producir más, es decir, tienen más demanda. demanda que puede provenir tanto del interior como del exterior, pero demanda a fin de cuentas y a la que hay que dar respuesta. Aún así no debemos olvidar el factor obsolescencia, que puede haber incentivado la adquisición de bienes de equipo, pero que sin embargo tiene también una lectura positiva: lo que antes se mantenía por falta de liquidez y crédito, se empieza a sustituir por confianza.