Seguir una dieta mediterránea podría reducir hasta un 30% el riesgo de desarrollar un cáncer de mama, según el estudio EpiGeicam, coordinado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y financiado por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), que ha sido publicado en el ‘British Journal of Cancer’. En el trabajo se ha analizado la relación entre la dieta y el desarrollo de cáncer de mama en un total de 1.017 mujeres.
Los investigadores identificaron en la muestra tres tipos de dieta, la denominada ‘occidental’ que se caracteriza por un alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales; la dieta ‘prudente’ que está basada en un consumo de productos bajos en grasa, frutas, vegetales y zumos; y la ‘mediterránea’ en la que se incluye la ingesta habitual de pescado, vegetales, legumbres, patatas, frutas, aceite y un bajo consumo de zumos y bebidas calóricas.
Una vez analizados y relacionados los tipos de dieta y el desarrollo de cáncer de mama, los investigadores llegaron a la conclusión de que el consumo de alimentos de la dieta ‘mediterránea’ reduce el riesgo de desarrollar este tipo de tumor hasta en un 30%.
Por el contrario, la dieta ‘occidental’, que es la más frecuente en mujeres jóvenes, es la más perjudicial para desarrollar cáncer de mama.
En el caso de la dieta ‘prudente’, el trabajo no ha podido constatar que este tipo de alimentación esté relacionada ni con una mayor ni con una menor probabilidad de desarrollar cáncer de mama, a pesar de ser la dieta que menos grasa contiene de las tres.
La investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, Marina Pollán, señaló que la dieta ‘mediterránea’ es beneficiosa para prevenir el cáncer de mama, especialmente los tumores triple-negativos, para los que por el momeno no existe un tratamiento quimiopreventivo.