La emisión de bonos en España creció hasta los 107.000 millones de euros en 2020, un 38,5% más respecto al año anterior, según los datos recogidos por Société Générale.

El año 2020 quedará marcado por la crisis sanitaria y diversas tensiones geopolíticas, como las elecciones americanas o el Brexit. El inicio de la pandemia generó inmediatamente un periodo de incertidumbre que amenazó las economías mundiales.

Sin embargo, la pronta respuesta de los gobiernos, los bancos centrales y entidades multilaterales aportaron «estabilidad suficiente», unido al desarrollo de varias vacunas en un tiempo récord, lo que afianzó la confianza de los inversores, según Société Générale.

El sector privado, tanto corporativo como financiero, emitió un volumen total de 48.425 millones de euros durante el año, lo que supone un volumen similar al del año pasado.

En concreto, el sector corporativo emitió bonos por un valor de 26.725 millones de euros, un 61% más que en 2019. Iberdrola, Repsol y Telefónica protagonizaron las principales emisiones corporativas del año.

No obstante, el volumen de emisiones del sector financiero cayó un 31%, hasta los 21.700 millones de euros. Santander, BBVA, Sabadell y Caixabank fueron los emisores más activos.

En 2020, el sector público español colocó a través de operaciones públicas un importe total de 58.350 millones de euros mediante 14 operaciones sindicadas, un 106% más respecto a 2019.

El Reino de España fue el emisor más activo del sector público español al colocar un total de 52.000 millones de euros a través de 5 operaciones y recibir una demanda agregada de 282.500 millones; un ratio de sobre subscripción de 5,4 veces.

EVOLUCIÓN

Una vez esclarecido el resultado de las elecciones americanas, el acuerdo alcanzado en torno al Brexit y el desarrollo de las vacunas
contra la Covid-19, el foco de los mercados y los inversores estará en la recuperación económica y en la inmunización de la población, ha asegurado la entidad.

Desde Société Générale han asegurado que el sector público registrará una actividad inferior a la de 2020, al igual que el sector privado, del que se estima también un ligero descenso.

El banco espera que para «al menos el primer semestre de 2021, tanto los ‘spreads’ como los tipos de interés se mantengan bajos hasta que se vean los primeros signos de una sólida mejoría económica». En su opinión, la segunda mitad del año debería ser «más benigna» desde el punto de vista económico.