La España de las ganas, por Enrique Jiménez

“Es cuestión de votos señores”. Asi empezaba Albert Rivera dirigiéndose a sus incondicionales el viernes a las 23:30.

Y así es como estaba la gente, con esperanza, con ganas, con la pasión que ya no había en un acto político, con la energía de que alguien con nuevas ideas y con un razonamiento aplastante sea capaz de hacer brillar los ojos de los que le escuchan.

En este caldo de cultivo, me mostraba como un elemento objetivo, ajeno a lo que estaba a mi alrededor intentando no dejarme influenciar por ese comportamiento como si de una reunión de iluminados se tratara.

Una periodista a mi lado decía “estoy disfrutando de esto como periodista, pero más como persona.” Y es ahí donde empecé a entender El fenómeno Rivera, Una especie de Obama que sabe conectar con la gente, que les habla al corazón utilizando el razonamiento de la palabra, que sabe utilizar de forma magistral.

Albert Rivera ha conseguido que sus sueños se conviertan en un principio de realidad, con la ilusión de los que están ahí hoy esperanzados con una España naranja, una España libre diversa; de listas abiertas y no de listos con las cuentas corrientes abiertas a la corrupción; una España unida por sus pueblos y compartida por todos.

Ciudadanos ha encarnado en su máximo representante, el talante y la ilusión por ganar en compromiso y complicidad con el electorado. Por eso se le hizo corto recorrer las Españas para recoger el cariño y el calor del pueblo que lo que ahora busca es un proyecto diferente. Un proyecto que no se formule en un cambio político, sino en un cambio de paradigma sobre la política de un país.

Mientras la política general se mantiene en un ataque continuo, en Cs se han ocupado en manejar un discurso diferente. Un discurso que lo que busca no es el enfrentamiento entre las ideas de las personas, sino la integración de las mismas para remar juntos en un proyecto común que es España.

Albert ha elegido el mitin del sueño, de la pasión, del cambio de paradigma, del encuentro con nuestros recursos y de la administración, limpia, diferente, abierta, integradora. Albert ha regalado a sus seguidores la sonrisa y la cercanía.

Esperemos que este discurso ilusionante no se contamine de algunos que, medrando como siempre, se cuelen en las listas y los grupos de trabajo o en las corporaciones municipales.

Confiemos en que, más pronto que tarde, se localicen estos elementos, que de seguro, estaban allí dando aplausos y frotándose las manos por el porvenir que se les avecinaba, pero que no tienen cabida en un proyecto “con más ganas que miedo”

Albert yo tambien, «I had a Dream». Un sueño como tu dices. Un sueño que haga que la política esté al servicio de los ciudadanos. De todos los ciudadanos, tanto de los de un color como de otro. De unos ciudadanos que se reencuentren con una política, que más allá de las ideologías, represente el trabajo honesto y la cercanía a la sociedad a la que representa. Una política de las personas y no de los sistemas. Una política que sepa reconocer sus errores y pueda enmendarlos para no volver a cometerlos.

Albert, espero que así sea y que los concejales y diputados regionales tengan el mismo gen que tienen tus gentes, de pasión, energía e ilusión por una España y un mundo diferente.

Enrique Jiménez Soler

Socio Fundador ICU University

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