La Fórmula 1 ha explicado este martes sus planes de sostenibilidad para el futuro, que pasan por una nueva generación de motores para 2025 y por lograr que los coches sean propulsados con un combustible «100% sostenible» en 2030, cuando la competición planea llegar a la huella cero de carbono.
En 2022, la F1 estrenará el combustible E10, una mezcla de 90% de combustible fósil y 10% de etanol, y el proyecto a largo plazo es que el 100% del combustible se cree en el laboratorio empleando residuos o biomasa no alimentaria, al tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero por la gasolina de origen fósil en al menos un 65%.
La competición planea que estos nuevos combustibles sostenibles tengan la misma densidad de energía que las actuales gasolinas de combustibles fósiles, lo que significa que «los coches serán tan rápidos como lo son ahora».
«Al encabezar el desarrollo de combustibles directos sostenibles 100% avanzados, la Fórmula 1 puede desempeñar su papel para lograr un impacto enorme en las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte mundial», indicó la F1 en un comunicado.