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La historia de amor entre Jesús de Nazaret y María Magdalena por voz de esta última, recreada en ‘El Dios dormido’, una novela de Fanny Rubio

Novela anteriormente publicada en 1998 por Alfaguara, Olé Libros la recupera en 2023 en una nueva edición revisada. 

La novelista hace verosímil un personaje tan legendario y rodeado de misterio como el de María Magdalena.

Su monólogo discurre como novela sentimental de amor, muerte y consolación salpicada de evocaciones y diálogos integrados a mitad de camino entre literatura comprometida, paganismo y misticismo.

El Dios dormido es también la travesía de una mujer solitaria por los infiernos de la desesperación y por las cumbres del éxtasis y el lirismo de la entrega amorosa.

La vida de Miriam de Betania, Magdalena, mujer rebelde, valiente y emotiva, cobra vida en El Dios dormido (Olé Libros), una novela de Fanny Rubio ambientada en la Judea del siglo I d.C. María es la protagonista laica y su «razón de amor» da origen a esta novela histórica y alegórica que narra, entre lo sagrado y lo erótico, los tres días de duelo que transcurren entre la pérdida violenta del amado y su consoladora recuperación.

Magdalena es una notable conocedora de los entresijos del poder del siglo primero y una de las figuras principales del origen del cristianismo, considerada la compañera del denominado en su día «Sanador de Galilea» y primer testigo de la vuelta a la vida del hombre que amó. En el centro del grupo de rebeldes utópicos que desean crear una sociedad nueva política y religiosa, durante siglos quedará invisibilizada, denominada «pecadora» cuando no «prostituta arrepentida», y en los últimos tiempos retenida en la imaginación popular como objeto de consumo, bien con perfil de santa muda o banalmente sexualizada como mujer contemporánea, sin atender a los procesos emocionales y culturales de quien mantiene su compromiso transformador frente a la sociedad de su tiempo.

El mundo en el que vive está poblado de cambios y de resoluciones bélicas por parte de los imperios en liza. Pero ella es sensible a la influencia de Roma y de Oriente y tiene que pronunciarse con relación a los problemas políticos de su entorno. En estas circunstancias, su monólogo discurre como novela sentimental de amor, muerte y consolación salpicada de evocaciones y diálogos integrados a mitad de camino entre literatura comprometida, paganismo y misticismo.

Según Flaubert, «cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre». Ante la voz de Miriam de Betania ciertamente se entiende que los dioses todavía seguían dormidos, pero, al parecer, tampoco estuvo el hombre: estuvo su mujer.

La escritora Fanny Rubio invirtió casi una década de trabajo en novelar un episodio teñido de religiosidad y erotismo a un tiempo. «Se trata», comentó la autora, «de un amor hasta el límite, hipersexual, que se traslada a lo simbólico. Mi novela refleja un erotismo casi místico que no sigue las modas de los movimientos genitalistas ni gimnásticos». Para escribir El Dios dormido, Fanny Rubio también se inspiró en santa Teresa de Jesús o en san Juan de la Cruz.

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