Las empresas españolas gastaron en I+D un total de 8.741 millones de euros en 2019, lo que supone el 0,7% del PIB de aquel año, mientras que en Alemania este porcentaje fue del 2,15% y en Francia, del 1,44%, según ha apuntado Fedea en un informe, donde ha resaltado que la I+D empresarial española resiste «muy mal» las comparaciones internacionales.
Por comunidades autónomas, Madrid, Cataluña y País Vasco absorbieron el 60% del gasto interno total español, «porcentaje que no difiere del reparto de la población española, que es del 53% para estas mismas comunidades autónomas ni del reparto del PIB que es del 58%».
Las empresas españolas que ejecutaron I+D en el año 2019 fueron en total 11.096, de las cuales 10.006 ocupaban a menos de 250 empleados y 1.090 eran grandes empresas.
De estas, solo 8.477 declaraban realizar I+D de forma continua y se distribuían en 3.920 para el sector industrial y 4.557 para el sector de servicios.
Según Fedea, los datos de innovación de los dos últimos años seguramente «reflejan mejor la realidad española que los de los años anteriores, pero esto se debe a que la metodología de la encuesta ha cambiado y ha conseguido que sus cuestionarios estén más cerca del discurso empresarial y sean más fácilmente cumplimentados».
Así, «sin que ocurriera cambio significativo alguno en la economía española», el gasto en innovación capturado para 2018 fue un 27% superior al de 2017 y en parecida proporción creció el número de empresas que se declaraban innovadoras.
Para 2019, el gasto fue de 19.390 millones de euros, un 3,75% superior al de 2018, «lo que es más acorde con la realidad». Las empresas innovadoras en este año fueron 26.724, de las que 24.969 eran pymes.
El estudio de Fedea recoge la opinión que sobre la innovación española tienen los documentos ‘The Global Competitiveness Report (GCR), del World Economic Forum, el Global Innovation Index (GII) de Insead, Cornell y WIPO y el European Innovation Scoreboard (EIS) de la Comisión Europea’.
Según Fedea, la pandemia ha hecho que las ediciones de este año de estos tres informes presten menos atención de la habitual a los datos y que se centren en manifestar su impresión sobre los efectos de la Covid 19 en la innovación mundial que, evidentemente, todavía «no puede reflejar la información empírica disponible».
Así, el EIS limita sus previsiones a un solo año y declara que sus comentarios son más conservadores que en ediciones anteriores, el GII sugiere que en un futuro próximo se experimentarán «grandes cambios, unos positivos para la innovación y otros de sentido contrario», y el GCR analiza cómo deberían pensar las economías sobre la reactivación y la transformación a medida que recuperan y rediseñan sus sistemas económicos para mejorar el desarrollo humano y la competitividad con el medio ambiente.
Asimismo, el informe señala que el gasto interno total español en I+D fue del 4,2% en 2019, porcentaje inferior al registrado dos años antes, cuando rondó el 6%.
En 2019, España gastó en actividades de I+D un total de 15.572 millones de euros, equivalentes al 1,25% del PIB de aquel año, pero estuvo un 2,2% alejado de la media de los 27 países de la Unión Europea.
El reparto en España de la ejecución de este gasto entre el sector público y las empresas «es distinto del habitual en los países más avanzados», según Fedea. Así, ha explicado que el objetivo internacional reconocido es que un tercio sea ejecutado por el sector público y dos tercios por las empresas.
En España, el 43,6% de este gasto es ejecutado por los centros públicos y el 56,4% restante por las empresas. En términos parecidos se reparten las diferentes partidas que componen este gasto.
Asimismo, apunta que los investigadores españolas son ya 150.000, estimados en puestos equivalentes de jornada completa, y trabajan en su mayoría (el 62%) en el sector público, lo que contrasta con los porcentajes de los países tecnológicos. Este porcentaje es solo del 17% en Corea del Sur o el 25% en Japón.