Con una inversión de más de 700 millones de euros el proyecto permitirá duplicar la capacidad de intercambio entre ambos países
La cuenta atrás para “enchufarse” a la electricidad europea ha comenzado. La interconexión que transportará energía entre España y Francia dejará en unas semanas el periodo de pruebas para pasar a la acción definitivamente en junio.
Con una inversión de 700 millones de euros, el proyecto permitirá duplicar la capacidad de intercambio entre ambos países, que pasará de un tres a un seis por ciento, lo que implica unos 2.000 MW adicionales, aunque lejos del 10 por ciento recomendado por la Unión Europea. La nueva interconexión será explotada por Inelfe, la sociedad conjunta entre los operadores de sistemas y transportistas español, REE y francés, RTE.
La construcción de esta mega infraestructura tiene por objetivo que el precio medio de la electricidad en España pueda acercarse al del promedio de la Unión, según Luis Pinos, jefe del proyecto y delegado regional de Red Eléctrica en Cataluña. En el futuro, además, permitirá aprovechar y consumir electricidad procedente de energías renovables y contribuir así al objetivo Europa 2020, por el que el 20 por ciento del consumo deberá ser de fuentes renovables.
En cuanto a la tecnología utilizada, se trata de un sistema pionero en Europa con capacidad para transformar de forma rápida la corriente alterna en continua, que es la única disponible para realizar conexiones subterráneas y de gran longitud. En el lado español, la estación de conversión se ha situado en Santa Llogaia, un pequeño pueblo gerundense de 200 habitantes al que llegan desde Barcelona las dos redes de alta tensión que tiene REE en la zona. Respecto a la parte francesa, la infraestructura se ha levantado en Baixas, que tiene una mayor extensión que la española debido a la distinta distribución de los 5.400 módulos de potencia con los que cuentan para transformar la corriente.
Asimismo, este proyecto también se ha convertido en el más caro de toda la historia de la REE, aunque ha recibido buena parte de la financiación de la Unión Europea, con 225 millones, y del Banco Europea de Inversiones (BEI), con 350 millones. Esto se debe a la envergadura de la interconexión, ya que sus 56 kilómetros de trazado soterrados implican un presupuesto 10 veces mayor.
Asun Infante