Los tiempos son complejos para los pronosticadores. Los economistas anunciaron unas grandes dificultades empresariales para este año que todavía no han tenido lugar. La economía del país creció un 2,8% en tasa intertrimestral en el 2º trimestre y se prevé un 2,4% para el tercero, un avance mayor de lo esperado, favorecido por la recuperación del turismo, el apoyo de instrumentos como los ERTE y los fondos europeos y el fin de las restricciones.
Ahora, los expertos predicen un aumento del PIB hasta el 6,5% en 2021 tras el descenso del 10,8% sufrido el año pasado. “Quizás debamos deducir que los milagros también existen en economía”, anuncia Arnaud Quetin, miembro del equipo de Manager in Motion.
La otra cara de la economía en España
Desafortunadamente, detrás de esta fuerte recuperación, se observa que las importaciones crecen más que las exportaciones, la inversión disminuye y el aumento de demanda de energía y otras materias primas disparan los precios (elasticidad), por lo que crean cuellos de botella en la oferta y caída de productividad (aumento del coste de producción).
A corto plazo se puede instalar un desequilibrio de competitividad con un peso mayor de la deuda privada, ya que existe un misterio tan grande entre la desconexión del PIB y la competitividad de las empresas como en el origen de la COVID-19. Presuntamente, es una anomalía que tarde o temprano se corregirá, con impacto directo en el P&L (el estado de pérdidas y ganancias) de las compañías. A medio plazo, el sesgo dependerá de la agenda de las acciones en los próximos meses (estrategia evolutiva) y de la eficiencia en la gestión del cambio.
La lucha para acabar con la pérdida de competitividad
“Si los economistas pecaron ayer por exceso de pesimismo, y de repente, subestimaron la capacidad de recuperación de la actividad, tenemos que protegernos hoy de este exceso de optimismo general, y vigilar el entorno de las empresas españolas lideres en su sector de actividad. Que a la economía española le vaya mejor de lo esperado no significa que a las organizaciones les vaya bien” reflexiona Arnaud Quetin.
En primer lugar, no hay motivo para creer que las dificultades que encontraron antes de la pandemia ahora hayan desaparecido como por arte de magia, si no se han implementado las transformaciones claves en los últimos 18 meses. Ya sea por un nuevo modelo de negocio, dinamizar el EBITDA, una restructuración financiera, un impulso digital, un desarrollo internacional, o meramente cubrir la baja temporal de un directivo, todas estas casuísticas siguen existiendo.
En segundo lugar, esto no significa negar una realidad menos esperanzadora, pero no hay que pretender que no es necesario administrar tratamientos de choque y cambio de status quo cuando se requiere, o acometer transformaciones estratégicas de procesos y equipos.
Ejecutar estrategias con eficiencia es la esencia del Interim Management, un servicio premium cada vez más valorado en España gracias a una comunidad de Interim Managers con experiencia dilatada en gestionar situaciones complejas. Comparten know-how y acompañan temporalmente al equipo directivo para superar un nuevo hito. ¿Y si hubieran descubierto una vacuna contra la pérdida de competitividad?