El precio mayorista de la electricidad podría reducirse hasta en un 50% adicional en 2030 en los escenarios de despliegue de generación renovable contemplados en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030.
Así lo estima el Banco de España con arreglo al modelo estimado en el artículo titulado ‘El impacto de las energías renovables sobre el precio mayorista de la electricidad’, en el que maneja un intervalo de confianza de entre el 45% y el 60%.
En cualquier caso, el organismo deja claro que el comportamiento futuro de estos precios está sujeto a una considerable incertidumbre, al estar condicionado por la evolución de distintos factores de oferta o la adaptación de la demanda a los nuevos niveles de generación renovable.
Según el artículo elaborado por Javier Quintana, del Departamento de Análisis de la Situación Económica de la institución, el peso de las energías eólica y solar sobre el total de generación eléctrica ha pasado del 26% en 2019 a más del 40% en los primeros meses de 2024.
Eso ha llevado a que el precio mayorista de la electricidad durante la primera mitad de 2024 haya sido hasta un 40% inferior del que se habría observado sin las inversiones en capacidad solar y eólica realizadas desde 2019.
No obstante, indica que la relación entre generación renovable y precios de la electricidad no es lineal, lo cual podría acelerar el impacto de los planes de despliegue de capacidad eólica y solar sobre los precios futuros de la electricidad.
Así, un aumento en el peso de la generación solar y eólica del 20% al 30% tiene un impacto relativamente reducido sobre el precio mayorista de la electricidad. Sin embargo, si ese aumento es del 50% al 60%, la reducción esperable del precio es cercana al 25%. Es decir, se observa una fuerte no linealidad en el impacto de los aumentos en el peso de las energías renovables sobre el precio de la electricidad, pues dicho impacto aumenta más que proporcionalmente a medida que sube el peso de las renovables.
El experto del Banco de España detalla que la contribución no lineal de las energías renovables a la reducción del precio de la electricidad surge a consecuencia del sistema marginalista de fijación de precios, por el cual los precios de la electricidad se fijan a partir de las ofertas de la tecnología más cara necesaria para cubrir la demanda de cada tramo horario.
Así, señala que un aumento de la generación renovable cuando el nivel de esta es reducido tiene un efecto limitado porque, si bien las renovables hacen innecesarias algunas de las plantas menos eficientes dentro de la tecnología más cara, esta sustitución es parcial y no provoca un cambio en la tecnología marginal que marca el precio.
Al contrario, un mismo aumento en el peso de las renovables tendrá un impacto significativo si es suficiente para desplazar no solo las plantas de producción menos eficientes, sino también el conjunto de las tecnologías de generación basadas en combustibles fósiles. «En este caso, la contribución de las energías renovables llevaría el precio mayorista de la electricidad a cero», afirma.
A este respecto, ve importante señalar que, una vez que la oferta por parte de las tecnologías inframarginales es suficiente para cubrir la totalidad de la demanda y el precio de dicho tramo horario es cero, los aumentos adicionales de la generación solar o eólica dejan de tener efecto sobre el precio de la electricidad.
Si se descompone la contribución de cada una de las fuentes renovables disponibles, se observa que la mayor parte del ahorro se produce por la generación eólica, en parte debido a su mayor peso en la generación total. Sin embargo, la contribución de la energía fotovoltaica ha crecido notablemente en los dos últimos años a consecuencia del aumento de la capacidad instalada.
COMPLEMENTARIEDAD ENTRE LA EÓLICA Y LA FOTOVOLTAICA
Otro aspecto reseñable es la complementariedad entre ambas tecnologías, pues, dado el carácter no lineal del impacto de la generación renovable en el precio de mercado, la coincidencia de ambas hace que el ahorro sea mayor que la suma de las contribuciones de cada una.
La complementariedad entre ambas fuentes es el resultado del carácter no lineal de la contribución de las energías renovables a la reducción del precio de la electricidad. Así, en los períodos en los cuales coinciden la generación eólica y fotovoltaica, estas fuentes tienden a desplazar por completo a la tecnología marginal, de modo que el efecto conjunto sobre el precio es mayor que la suma de los efectos individuales que se producirían si solo una de esas energías renovables hubiera contribuido a la generación eléctrica, detalla el Banco de España.
Una implicación adicional de esta relación es que los períodos de mayor producción eólica y solar son, en cada vez mayor medida, tramos de menores precios horarios de la electricidad. A consecuencia de ello, la remuneración media que reciben dichas tecnologías es sustancialmente menor que los precios medios anuales de la electricidad.
De cara al futuro, según el artículo, cabe esperar una mayor reducción en el precio mayorista de la electricidad inducida por el aumento de las renovables en el mix energético que resultaría de los planes de inversión actualmente previstos.
De esta forma, un aumento de la generación renovable -cuyo coste marginal de producción es relativamente reducido- afectaría a los precios mayoristas en la medida en que desplace a otras tecnologías de mayor coste marginal del ‘mix’ energético necesario para satisfacer la demanda en determinados tramos horarios.
Por ello, considera que además de contribuir a la transición climática, las energías renovables tienen un papel muy relevante en la reducción de los precios mayoristas de la electricidad, y esa relevancia previsiblemente se incrementará en el futuro.
En cualquier caso, deja claro que el comportamiento venidero de los precios mayoristas de la electricidad es aún muy incierto y vendrá condicionado por la evolución de distintos factores sobre los que existe una considerable incertidumbre y que, además, en un contexto de equilibrio general, también se verán muy influidos por la propia senda que se espera que sigan los precios de la electricidad.
Entre dichos factores cabe destacar, por ejemplo, la viabilidad y el ritmo de ejecución de los ambiciosos proyectos de inversión previstos para aumentar la capacidad de generación eléctrica renovable, la intensidad con la que avance -por el lado de la demanda- el proceso de electrificación de la actividad, la manera en que esta demanda se adapte al patrón horario de generación eléctrica renovable y el desarrollo de tecnologías que permitan almacenar los excedentes producidos por las energías renovables en determinados tramos del día.