El jugador del Barça Ricky Rubio redebutó este viernes por la noche con el equipo blaugrana, en el duelo de la Fase Regular de la Euroliga ante el AS Mónaco en el Palau Blaugrana, con ovación y público en pie en su entrada a la pista 13 años después de dejar el club, en su primera etapa, para poner rumbo a la NBA y, ahora, tras estar casi un año alejado de las pistas por un problema de salud mental que explicó, esta semana, en su presentación.
Ricky Rubio quiere disfrutar de nuevo del baloncesto y hacerlo cuidándose, sin llevarse al límite mental. De momento, tras volver a las pistas con España en dos partidos de clasificación para el Eurobasket, está cerca de volver a sonreír. Y, por fin, debutó de nuevo con el Barça en un partido exigente, ante un rival de ‘Final Four’.
Fue la noticia de las horas previas y del encuentro, en cuanto se confirmó que iba a vestirse de corto y a formar parte de la rotación de su excompañero y ahora técnico, Roger Grimau. El regreso de Ricky Rubio a las pistas a nivel de club y con el FC Barcelona es ya una realidad, 13 años después de dejar Barcelona en dirección a Minnesota.
Tras conquistar la Euroliga de París 2010, la segunda y última para el FC Barcelona, el base de El Masnou optó en 2011 por irse a la NBA, donde pasó por Minnesota Timberwolves (en dos etapas), Utah Jazz, Phoenix Suns y Cleveland Cavaliers. Tras poner fin a su carrera NBA, y con la plena voluntad de volver a sentirse jugador y superar sus problemas de salud mental, optó por jugar en el Barça.
Y 13 años después, el Palau Blaugrana volvió a cantar el nombre de Ricky Rubio, a festejar su regreso a la Euroliga vestido de blaugrana y a cantar sus canastas y asistencias. Regresa la magia de Ricky Rubio al Palau y lo hace para, sin prisa pero sin pausa, ir cogiendo peso en el equipo y ayudarlo a soñar alto en una competición que ya tiene en su palmarés individual.
El base de El Masnou, tras jugar los dos últimos partidos de España en la reciente ventana FIBA, después de casi un mes de entrenamientos con el Barça, por fin debutó con el equipo ‘culer’. Y lo hizo jugando, ante el Mónaco, un total de 11:14 minutos, saliendo desde el banquillo en el segundo cuarto. Y cerró este debut con unos números de 5 puntos (2/5 en tiros de campo), 2 rebotes, 1 asistencia y 4 de valoración personal.
A falta de 8:43 minutos para el final de ese segundo parcial, Ricky Rubio dejó de apoyarse en la valla publicitaria para, dedo al cielo, saltar a la pista y recibir la segunda, y la más grande, de las ovaciones de esta noche en su honor. Con el Palau Blaugrana en pie, cánticos de Dracs y resto de afición incluidos, Ricky Rubio consumó su regreso a casa.
En ese segundo parcial jugó 4:44 minutos, anotó una canasta de tres intentos y capturó un rebote. No pudo sumarse asistencias a su haber, pese a que dio 3-4 pases de calidad a compañeros que, incluso liberados, fallaron. Y es que entró en un mal momento colectivo. A falta de 6:28 minutos anotó su primera canasta en su segunda etapa ‘culer’, con un revés tras finta cerca de la pintura. Y, con 3:59 en el crono, volvió al banquillo.
Así fue el redebut de Ricky Rubio, con 2+1 incluido y una buena retahíla de pases con olor de asistencia que, en un día más acertado, hubieran sido clave. De todos modos, una vuelta muy esperada y deseada en el equipo, afición, entorno y club. Es una gran noticia, en general, para el baloncesto europeo y mundial volver a ver al base internacional español y hacerlo en la Euroliga, competición que intentará volver a levantar.
Lo más importante fue, no obstante, verle sonreír de nuevo y ver desplegada su magia en el Palau, con sus manos al servicio del baloncesto y sin la presión ni autoexigencia del pasado que le llevaron a sufrir unos problemas mentales que va dejando atrás. ‘Bentornat’, Ricky.