La dirección de la nueva CaixaBank se reunirá mañana martes, 13 de abril, con los representantes de los trabajadores para iniciar el procedimiento de despido colectivo y de modificación de condiciones tras haberse hecho efectiva la fusión con Bankia.
Los detalles del proceso de integración de personal entre ambas entidades y del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) se empezarán abordar en este primer contacto, que iniciará el periodo previo de consultas, que se prolongará al menos quince días y que posteriormente dará paso a unas negociaciones formales que podrían darse por finalizadas en el segundo trimestre del año.
Dependiendo de la voluntad de la mesa negociadora, el número de puestos afectados y las condiciones que se establezcan en la primera oferta que lance el banco podrán ser rebajados y mejoradas, respectivamente.
La entidad ha asegurado que no tiene intención de acometer un proceso traumático, sino bajo los criterios de voluntariedad y meritocracia, independientemente de la entidad de procedencia.
CCOO, como sindicato mayoritario en ambas entidades, ha trasladado ya de forma clara su planteamiento sobre esta reestructuración, que ha calificado de «macroproceso», y que pasa por evitar medidas traumáticas y primar la voluntariedad. «Queremos buenas condiciones, con mantenimiento o mejora de las que tenemos», ha indicado.
Por su parte, UGT ha afirmado que la celeridad de CaixaBank por cerrar este proceso no les coge «ni mucho menos por sorpresa» y ha asegurado que su representación ya tiene «los deberes hechos». Este sindicato defenderá la no movilidad geográfica, minimizar el impacto en el empleo y voluntariedad total en las salidas, con unas condiciones atractivas que la garanticen.
También reclamará la no aplicación de cláusulas de cierre que impliquen completar los cupos con salidas forzosas, así como la homologación al alza y mantenimiento de los derechos y condiciones laborales para la plantilla que permanezca.