Los ajustes han permitido disminuir el ratio creación de empleo – crecimiento en 1,5 puntos
El secretario general de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), Ángel Gurría ha defendido hoy que las reformas estructurales que ha venido soportando el mercado laboral de España. «España en este momento volvió al crecimiento, ha creado más de 400.000 empleos, y ha recuperado el equilibrio lo que se ha conseguido gracias a un costo social alto», afirmó Gurría. La flexibilización del mercado laboral generó una tensión inicial en las cifras del paro que ahora se está revirtiendo. España, en la actualidad está creando empleo con un crecimiento de entre el uno y 1,5 por ciento, mientras que «antes eran necesarios crecimientos del tres por ciento para generar el primer empleo».
En relación a la precarización del mercado laboral en la que están derivando las reformas estructurales, Gurría ha insistido en que es necesario continuar con una etapa de contención salarial para continuar con el crecimiento económico «conforme se consolide la recuperación se mejorarán los salarios». Además, el secretario de la OCDE, ha puesto en valor el proceso de negociación salarial que se está produciendo entre sindicatos y patronal «he estado reunido con la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) y hay un entorno más favorable para continuar avanzando en un entorno más favorable para la creación de empleo», algo que «no se consigue de un día para otro».
La productividad ha sido otra de las claves en la que Ángel Gurría ha puesto especial énfasis como imprescindible para continuar apuntalando la recuperación económica «se trata de poner todo lo necesario encima de la mesa para que haya un aumento de la productividad» que permita mejorar la competitividad a través del fortalecimiento del sector exportador y de la mejora de la demanda interna.
El legado de la crisis es alargado
En cuanto al «crecimiento anémico» de la economía mundial el secretario de la OCDE ha afirmado que aún estamos padeciendo el legado de la crisis. Un legado «el más largo desde la postguerra» que dura ya siete años y se traduce en progresiones económicas bajas, una mayor tasa de paro y en un aumento de la desigualdad de hasta el 30 por ciento. Tres ingredientes que han dado como resultado un caída general de la confianza en el sistema. Además el aparente avance del comercio «a la misma velocidad que la economía mundial -entre el 3,3 y 3,5 por ciento-» es sólo un espejismo, ya que «debería crecer al doble -en torno al siete por ciento para que realmente sea el motor que debe ser». Todo ello aderezado con caídas del 40 por ciento en los flujos de inversión, crédito con tasas de crecimiento negativo y la desacelerazión de los emergentes.
En definitiva el panorama requiere continuar con el «cambio estructural» que se ha puesto en marcha por parte de algunos Gobiernos como el de España. «Soluciones a largo plazo en educación, formación, flexibilización o política fiscal y adecuación de las instituciones, en las que hay que tener muy en cuenta la protección de los colectivos más vulnerables».