La OCDE mantiene su previsión de crecimiento en el 2,2% para este año y el 1,9% para el que viene

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que el PIB español crezca un 2,2% en 2019 y se modere al 1,9% en 2020, con lo que mantiene sus estimaciones de la proyección anterior.

El organismo internacional dio a conocer este martes sus perspectivas económicas por países y para España mantiene sus anteriores previsiones de crecimiento económico, después de que recortara significativamente la estimación de crecimiento de la eurozona para este año. Estas previsiones coinciden con las del Gobierno, plasmadas en el Programa de Estabilidad y Crecimiento.

La OCDE destaca en su informe que España experimentará un crecimiento “robusto, pero más moderado”. Las condiciones financieras “favorables” y un crecimiento del empleo “sólido” apoyan la demanda doméstica, con un crecimiento del consumo privado del 1,7% este año y del 1,6% el próximo ejercicio, que será el principal factor de impulso.

Mientras, apunta que la contribución del sector exterior se mantendrá neutral, aunque para este año prevé un frenazo en las exportaciones, que crecerán un 0,8%, y en las importaciones de bienes y servicios, que avanzarán un 0,6%. Estos pronósticos los enmarca en un empeoramiento de los mercados exportadores. Para 2020, proyecta un repunte del 3,7% para las exportaciones y del 4,3% para las importaciones.

El organismo internacional incide en que la “fuerte” creación de empleo, junto con una “moderada” inflación y las recientes medidas, como el incremento de los salarios de los funcionarios, la subida del SMI y de las pensiones, aumentaron los ingresos y apoyaron el consumo privado.

En particular, prevé que la tasa de paro baje al 13,8% este año, la misma previsión que en sus anteriores estimaciones, y se sitúe en el 12,7% en 2020, dos décimas más. Este pronóstico para el próximo año difiere con el realizado por el Gobierno, que estima un desempleo del 12,3%.

La OCDE considera que una mejora de las políticas de capacitación y una mayor participación en el mercado laboral de los mayores menos cualificados incrementaría la adaptación de los empleados a las habilidades que se requerirán en el futuro. Añade que son necesarias unas políticas para el mercado de trabajo “más efectivas” y de capacitación para reducir el desempleo y las desigualdades.

La clave, según el organismo internacional, es incrementar la participación del gasto en formación y mejorar la coordinación de los servicios sociales y de desempleo.

También señala que el apoyo individualizado a estudiantes en riesgo de abandonar la educación en etapas tempranas podría bajar la tasa de abandono escolar. Aboga por incentivos a la movilidad de los profesores más cualificados entre colegios y regiones aumentaría la igualdad de oportunidades.

Para la inflación, prevé un indicador del 1% este año y del 1,6% el próximo.

DÉFICIT Y DEUDA

En cuanto al desequilibrio fiscal, la OCDE prevé que el déficit público de España se sitúe en el 2% del PIB este año, al igual que el Gobierno, y baje al 1,3% en 2020, dos décimas más que el Ejecutivo.

Para la deuda pública, el organismo vaticina un ratio sobre el PIB del 96,5% en 2019 y del 95,7% en 2020, previsiones menos optimistas que las del Gobierno.

La OCDE subraya que el Ejecutivo debería ceñirse a los objetivos fiscales a medio plazo para garantizar la reducción de la deuda pública, que permanece “elevada”. Cree que si el crecimiento económico sorprendiera al alza, los ingresos adicionales deberían emplearse en reducir la deuda.

Asimismo, considera que existe “potencial” para cambiar la configuración del sistema fiscal y reducir desigualdades. Los impuestos se inclinan hacia los ingresos laborales, lo que “penaliza el crecimiento y el empleo”.

Observa margen para los impuestos medioambientales y aboga por políticas que mejoren la competencia y la innovación, de cara a impulsar la productividad y las exportaciones.

Los riesgos principales que señala la OCDE para España son el menor crecimiento proyectado para Europa y la posibilidad de que el consumo privado crezca menos de lo esperado si la creación de empleo es menor de la estimada o “persiste la incertidumbre política”.