La oleada de bombardeos de Israel contra Líbano deja «decenas de miles» de desplazados

Decenas de miles de personas se han visto desplazadas a causa de la oleada de bombardeos desatada desde el lunes por el Ejército de Israel contra Líbano, que deja hasta la fecha más de 550 muertos y más de 1.800 heridos, según ha denunciado este martes el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

«Decenas de miles de personas se han visto forzadas a huir entre ayer y esta madrugada y las cifras siguen aumentando», ha dicho el portavoz del organismo, Matthew Saltmarsh, quien ha mostrado su «grave preocupación por el recrudecimiento de los ataques» desde la jornada del lunes.

Así, ha resaltado que «se trata de una región que ya ha sido devastada por la guerra y de un país que conoce muy bien el sufrimiento», al tiempo que ha hecho hincapié en que «el balance de víctimas civiles es inaceptable». «La protección de civiles y de infraestructura civil es fundamental», ha manifestado, antes de incidir en que «es necesario el fin urgente de las hostilidades».

Saltmarsh ha apuntado que «debe respetarse el Derecho Internacional Humanitario» y ha agregado que «es momento de que la comunidad internacional incremente su apoyo a Líbano y a su pueblo». «ACNUR trabaja de forma incansable para dar ayuda urgente y protección a todos los afectados, ya sean libaneses o refugiados», ha sostenido.

«Ya antes del último repunte del conflicto, más de 100.000 personas se habían visto desplazadas de las regiones en el sur de Líbano», ha especificado, antes de remarcar que el organismo ha estado dando apoyo a «refugios colectivos» y garantizando el acceso a «sanidad y apoyo psicosocial».

En este sentido, ha detallado que ACNUR «está llevando a cabo valoraciones sobre posibles sitios de refugio en el Monte Líbano y Beirut», mientras sopesa la posibilidad de abrir este tipo de centros en Sidón (sur) y el valle de la Becá (este). «Estamos trabajando con el Gobierno para valorar diferentes refugios colectivos en estas regiones», ha agregado.

«Una vez que recibamos luz verde, estamos preparados para trasladar bienes esenciales de ayuda y para entregar ayuda en efectivo», ha puntualizado Saltmarsh, quien ha recalcado que el organismo trabaja además con el Ministerio de Sanidad libanés para entregar suministros para atender la crisis.

En lo relativo a la situación de los refugiados palestinos y sirios en el país, ha detallado que «el Gobierno calcula que acoge ahora a 1,5 millones de refugiados sirios, incluidos 87.000 en la zona sur antes de los últimos acontecimientos». «Estos refugiados hacen frente ahora a un nuevo desplazamiento y este doble desplazamiento exacerba sus vulnerabilidades», ha explicado.

«Estas vulnerabilidades eran ya muy graves tras sufrir el coronavirus, la crisis económica y el impacto de las explosiones en Beirut», ha manifestado, en referencia a las explosiones registradas el 4 de agosto de 2020 en el puerto de la capital, que dejaron cerca de 220 muertos y una enorme devastación en la zona.

Saltmarsh ha puntualizado además que se ha registrado el movimiento de refugiados hacia la zona norte de Líbano. «No tenemos cifras exactas, igual que no tenemos cifras exactas sobre el movimiento de libaneses desde ayer, pero esperamos poder actualizarlas durante el día de hoy», ha zanjado.

Durante los últimos días se ha registrado un repunte de las tensiones, especialmente tras la oleada de explosiones coordinadas la semana pasada en dispositivos de comunicación usados supuestamente por Hezbolá, que dejó alrededor de 40 muertos y unos 3.000 heridos. Posteriormente, más de 50 personas murieron el viernes en el bombardeo ejecutado por Israel contra el sur de la capital de Líbano, Beirut, entre ellos Ibrahim Akil, un alto cargo del grupo libanés.

Las hostilidades en la región estallaron después de que Hamás y otras facciones palestinas lanzaran el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel que dejaron casi 1.200 muertos y más de 250 rehenes. El Ejército israelí inició entonces una cruenta campaña militar contra Gaza que se salda por el momento con más de 41.400 muertos, a los que se suman más de 700 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este.

Los ataques del 7 de octubre, denominados ‘Inundación de Al Aqsa’ por Hamás y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses. Además, los hutíes y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel –que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen– en respuesta a su ofensiva contra Gaza.