El coordinador humanitario de la ONU en Nigeria, Matthias Schmale, ha mostrado este jueves su preocupación por la ola de violencia en el noreste de Nigeria y ha alertado de que los enfrentamientos y ataques por parte de grupos armados no estatales «ponen en grave riesgo» la seguridad de los civiles y la asistencia humanitaria.
Entre el 6 y el 9 de junio, nuevos enfrentamientos entre varias comunidades en el estado de Adamawa, de las áreas de Guyuk y Lamurde, se cobraron la vida de más de 30 civiles, hirieron a unas 57 personas y destruyeron o dañaron más de 500 viviendas.
Los ataques en Nigeria, anteriormente centrados en la zona noreste del país –donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA)– se han extendido durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales.
Entre los muchos incidentes en esta zona, el coordinador humanitario de la ONU ha señalado que el pasado 7 de junio una decena de personas murieron debido a un ataque contra la aldea de Mugdala, en Dikwa, estado de Borno. Dicha zona también registró enfrentamientos el pasado 24 de mayo en la aldea de Mudu que se cobraron la vida de al menos 32 civiles.
«Los informes que hemos recibido indican que los civiles en el ataque del 24 de mayo eran desplazados internos que se aventuraron desde la ciudad de Rann para recolectar chatarra», ha subrayado, según un comunicado de la ONU.
Asimismo, el 28 de mayo, grupos armados atacaron un campo de desplazados internos en Mafa, también en el estado de Borno, saqueando alimentos y otros suministros. Las principales rutas de suministro, según ha alertado la ONU, están amenazadas.
Unos días antes, el 24 de mayo, alrededor de 45 personas murieron en un ataque ejecutado por supuestos miembros del grupo yihadista Boko Haram contra la localidad nigeriana de Rann, situada en el estado de Borno, cerca de la frontera con Camerún.
Según ha explicado Schmale, el pasado 6 de junio se quemaron seis camiones con alimentos en la carretera que conecta Maiduguri, la ciudad más grande del estado de Borno, y Damaturu. Estas rutas están plagadas de puntos de control ilegales por parte de los grupos armados.
«Hago un llamamiento a todas las partes armadas para que detengan de inmediato la violencia y respeten el Derecho Humanitario y el derecho de los Derechos Humanos y garanticen la protección de los civiles», ha zanjado.