La opción del capital riesgo como modelo de financiación

Existe poco conocimiento, y en general de carácter peyorativo, para el capital riesgo

“Cuando pensamos en el capital riesgo, muchas veces nos imaginamos al típico fondo americano agresivo que coge a una empresa que está en recesión clara y toma una serie de decisiones bastante duras. Sin embargo, nuestro ámbito de trabajo es otro”, agregaba Fernando Ortiz, de Proa Capital, en la jornada sobre capital riesgo e industria que ha organizado el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en su sede de Madrid. Una frase que ilustra con bastante claridad la imagen que se tiene de este tipo de operaciones.

Y es cierto que existen una serie de losas con carácter peyorativo acerca del capital riesgo que hace que los empresarios no acaben de fiarse del todo del sistema –por no hablar de la opinión pública general-. Por ello, durante este evento, se ha intentado desmitificar todo lo que rodea y mancha la imagen de estos, dar a conocer todas las bonanzas del sistema y, en definitiva, mostrar la realidad.

¿Qué es el capital riesgo?

“El capital riesgo es una fuente de financiación e inversión que apenas se utiliza”, ha afirmado Luisa Alemany, una de las ponentes seleccionadas para la ocasión, que añadía que “solo 600 empresas españolas han hecho uso de este sistema durante el año 2014”-último año del que se cuenta con datos-.

Y continúa añadiendo que “el capital riesgo entra como accionista de la empresa y por lo tanto no contrae deuda, es temporal y busca rentabilidad alta, a través de las inversiones”. Gonzalo de Rivero añade que “a pesar de que tiene un carácter temporal, nunca es a corto plazo, sino que se plantea como a medio o largo”. Además, “siempre se intenta, cuando salimos de la compañía, dejarla en la mejor situación posible”. Con esto último quiere aclarar que no se desentienden de las sociedades una vez que quieren desinvertir.

En un punto en el que han estado totalmente de acuerdo los cuatro ponentes de la mesa redonda que se ha formado entre dos fondos de inversión y dos empresas es que la entrada de un fondo de este tipo suele ayudar bastante a mejorar la gestión y las estrategias de las compañías.

Carácter muy heterogéneo

Pero los fondos de capital riesgo no cuentan con unas características homogéneas, sino que al contrario, existen diversos tipos que están especializados en distintos tipos de empresas. Así lo confirmaba Ortiz: “Hay fondos que están más especializados en tomar el control y otros que acompañan y participan menos en la toma de decisiones de la empresa. Por ejemplo, los fondos que se centran en las compañías en una mala situación son los denominados fondos buitre”.

Pero la heterogeneidad no afecta, solo, al tipo de fondos, sino que va más allá y se muestra en el tipo de operaciones que estos suelen realizar a la hora de entrar en las empresas, como muestra la propia Alemany: “Por un lado existe el capital expansión, que es el que busca financiar el crecimiento y se dirige sobre todo a las PYMES. Luego, encontramos el Buy Outs que se basa en un cambio de accionistas. La principal diferencia que encontramos entre ambos sistemas, por tanto, es que mientras el primero amplia acciones, el segundo las recompra”.

Sin embargo, la principal divergencia se muestra entre las Venture Capital y las Private Equity. Las primeras “invierten al principio” y las segundas “se dirigen a empresas más tradicionales con tendencia a crecer”. En estas últimas el crecimiento es menos acusado que en las Venture Capital –muy usado en las empresas de tecnología-.

La evolución de la empresa familiar

Las familias que cuentan con el control de una sociedad suelen utilizar a este tipo de fondos. Ejemplo claro de ello es el grupo Palacios, cuando en el año 2008 la familia propietaria quiso vender parte de su control en la sociedad.

Así lo cuenta Pedro Domínguez, que forma parte del equipo directivo del grupo: “En 2008, la familia se dio cuenta de que tenía el 99 por ciento de su patrimonio en la compañía. Por ello, decidieron vender su participación y en aquel momento el grupo gestor le hicimos una oferta para quedarnos con las acciones”. Sin embargo, la capacidad económica no era suficiente y echaron mano de Proa Capital que “nos ayudó a ofrecer una oferta competitiva y con la que hemos crecido desde aquel año. Aunque ahora ya no forman parte de la empresa y está participada por un fondo de capital de riesgo americano”.

Una situación totalmente diferente es la que vivió Salto Systems –encargada de desarrollar cerrajería electrónica- que prefirió financiarse a través de un capital riesgo en vez de un socio industrial en 2013, después de que un grupo austriaco “les traicionara”, como asegura Javier Roquero.

Según los datos que se han ofrecido en el evento, un 86 por ciento de los encuestados conoce lo que es el capital riesgo y un 63 por ciento de los empresarios estaría dispuesto a usarlo como forma de financiación. Es un sistema muy poco utilizado, sobre el que existen mitos y que no se explota todo lo que se debería en nuestro país según las opiniones que se han dado en la jornada de hoy. Tal vez, sea la hora de darle una verdadera oportunidad.

Adrián Campos D´Aniello