La plataforma ‘nofumadores.org’ exigió este viernes la inclusión en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de una “fuerte subida” del precio del tabaco que sitúe la cajetilla a 10 euros y recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió a España de que el importe actual al que se comercializa no resulta “disuasorio”.
En un comunicado, la presidenta de ‘nofumadores.org’, Raquel Fernández, afirmó que la subida “radical” del tabaco es la medida más efectiva en relación a su coste para evitar la iniciación de las nuevas generaciones en una adicción que es la principal causa de muerte evitable, con 55.000 muertes al año en España, además de causar el “agravamiento” del Covid-19 y la “posible” transmisión del virus en espacios abiertos.
Por su parte, el vicepresidente de la asociación, Ubaldo Cuadrado, estimó que esta medida contra el tabaco iría “en línea” con las medidas adoptadas contra otros productos nocivos para la salud como las bebidas azucaradas o los productos procesados.
Para la plataforma, la política tributaria del tabaco en España es “ineficaz” al no “desincentivar” el consumo, como sí consiguen, a su juicio, otros países del entorno europeo, como Irlanda, Reino Unido o Francia.
“Es muy difícil luchar contra el tabaquismo teniendo una política tributaria contraria a la que desarrolla la Europa Occidental desarrollada”, sentenció el colectivo.
ESTANCO DE EUROPA
Según ‘nofumadores.org’, el precio del tabaco en España es “bajo” en comparación con otros países, ya que, mientras en Noruega la cajetilla de tabaco cuesta 12,28 euros, en Reino Unido 11 euros y en Francia unos 8,5 euros, aquí el precio medio son 5,5 euros, “sin contar con las Canarias”, lo que convierte al país en el “estanco de Europa”.
“La pandemia ha encontrado a los pulmones españoles en una situación lamentable, débiles, acartonados, propensos a infecciones”, señaló la plataforma, cuya presidenta advirtió de que “ha llegado el momento» de poner fin a la «década perdida» contra el tabaquismo y «trazar un plan con referentes y objetivos ambiciosos pero alcanzables”.
El reto es ampliar los espacios libres de humo y lograr reducir la población fumadora a un 5% residual en el año 2030, para lo cual, a su entender, resulta “indispensable” elevar el precio de la cajetilla y de todos los productos derivados del tabaco.