La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha solicitado a los gobiernos y a las administraciones públicas la aplicación de medidas «urgentes» para combatir los efectos de la pobreza infantil sobre la salud, en la actual crisis económica. Y es que, según ha denunciado, los menores están en los mensajes pero «no» en la agenda efectiva que prioriza las medidas económicas y sociales con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades y revertir el aumento de la pobreza infantil y las desigualdades sociales.
En este sentido, la sociedad ha recordado que la evidencia científica ha mostrado que la exposición durante la infancia a situaciones de privación y desigualdades sociales se asocia a «peores» resultados en salud a corto, medio y largo plazo. Además, recalca, cuanto más precoz es la exposición, «más irreversibles y definitivos» son los efectos negativos.
«Lo que experimenta un menor durante sus primeros años sienta las bases del lenguaje y el desarrollo cognitivo, físico, social y emocional para la vida adulta. La escolarización precoz ha demostrado un impacto positivo en el desarrollo cognitivo, el nivel académico y las posibilidades futuras de inserción social de la población general y, sobre todo, tiene un efecto más positivo en la población con menos recursos y menor nivel educativo», ha apostillado.
Asimismo, SESPAS ha comentado que la población infantil española presenta peores condiciones de vida, mayor riesgo de pobreza y más desigualdades en las condiciones materiales desde el inicio de la crisis. Un empeoramiento que, según explica, ha sido más importante entre estos menores si se compara con la población general o con los mayores de 65 años. De hecho, según un reciente informe de UNICEF, la población infantil en riesgo de pobreza ha pasado del 28,2 por ciento al 36,3 por ciento entre 2008 y 2012.
«España es uno de los países de Europa con mayor porcentaje de población infantil en riesgo de pobreza. El porcentaje de menores que viven en hogares con todos los miembros de la familia desempleados ha aumentado del 6,5 por ciento en 2008 al 13,8 por ciento en 2012. El aumento del desempleo (sobre todo el de larga duración), de las condiciones de trabajo precarias y de las dificultades para cubrir las necesidades básicas familiares han empeorado las condiciones de vida en buena parte de la población infantil en los últimos años», ha indicado.
Europa Press