La princesa Aiko, hija única de los emperadores de Japón, se mostró hoy dispuesta a «cumplir sus obligaciones al máximo de sus posibilidades», en su primera comparecencia ante los medios tras alcanzar la mayoría de edad.
Aiko, quien cumplió los 20 años el pasado diciembre, se definió como una persona «tranquila e ingenua», y admitió ser «tímida», algo que tratará de superar para desempeñar sus funciones dentro de su nuevo rol como representante adulta de la familia imperial nipona.