El sector de la enseñanza privada y de la concertada se ha mostrado crítico con el Real Decreto ley aprobado este martes en Consejo de Ministros y publicado este miércoles en el BOE, que recoge la posibilidad de que los alumnos puedan pasar de curso sin límite de asignaturas suspensa, pues afirma que rebaja el nivel educativo de los estudiantes.
Así, la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), que agrupa tanto a centros privados como concertados de toda España, se muestra «preocupada» de que se traslade un mensaje de «rebaja de la exigencia académica» y más desde el mismo comienzo del curso, según declara a Europa Press su presidente, Alfonso Aguiló.
Según la Confederación, en todo caso, la solución no sería la repetición de curso, dadas las tasas de repetidores que tiene España con respecto a la media europea, sino «por el diagnóstico temprano de los problemas y aplicar soluciones eficaces a esos casos particulares».
Igualmente, Escuelas Católicas considera que la medida «no es adecuada» por dos motivos, el primero de ellos porque vulnera el art. 149 de la Constitución, que establece que «la regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos académicos y profesionales» es competencia exclusiva del Estado.
«Por lo tanto, no se puede delegar en las comunidades autónomas», precisa Luis Centeno, secretario general adjunto, a Europa Press, que advierte además de que esta delegación supondrá en la práctica «nuevas discriminaciones entre territorios».
En segundo lugar, Centeno se muestra «en desacuerdo» porque anunciar una medida así y a comienzo de curso puede tener un «efecto desmotivador» en algunos alumnos. «Consideramos que debería ser la última medida tomada, cuando estuviese finalizado el curso a la vista de lo que hubiese sucedido desde el mismo». Además, al igual que CICAE y CECE, «rebaja el nivel mínimo de exigencia» que establece para toda España la Ley educativa.
Por su parte, la Asociación de Colegios Privados e Independientes (CICAE) admite que, dada la situación, se permita cierta flexibilidad en los procesos de aprendizaje y evaluación, aunque matiza: «No se trata tanto de hablar de aprobados o suspensos, sino de un cambio en el diseño de la evaluación, adaptado al nuevo modelo educativo que nos requiere este nuevo escenario».
«Salvo circunstancias excepcionales, no podemos rebajar el nivel educativo, porque condicionaremos el futuro académico de los alumnos. No podemos permitir que esta generación vea mermado el nivel educativo o la exigencia para promocionar de curso, pues afectará a su futuro académico», concluyen.