La superficie de costa urbanizada en España se ha más que duplicado en las tres últimas décadas, al pasar de 240.000 a 530.000 hectáreas, lo que supone que un 13,1% del litoral español está bajo construcciones urbanísticas, por un 2% de las zonas del interior.
Ésta es una de las conclusiones incluidas en el informe ‘A toda costa’, elaborado por Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad y que evalúa por primera vez el estado de la costa española a través de la pérdida de bienes y servicios ambientales en los 10 primeros kilómetros de la franja litoral.
El informe, presentado en una rueda de prensa a bordo del barco ‘Esperanza’ de Greenpeace en el Puerto de Barcelona, indica que el 80% de los recursos ambientales que provee la costa está degradado debido a la urbanización masiva desde 1987, un año antes de que se aprobara la Ley de Costas.
El estudio señala que entre 1987 y 2005 se destruyeron dos hectáreas diarias sólo en los primeros 500 metros de costa (aproximadamente dos campos de fútbol al día) y cita como ejemplos que municipios como Marbella (Málaga) tienen el 90% de su costa urbanizada en esa franja, porcentaje que asciende al 100% en Finestrat (Alicante).
En 1987, la superficie artificial en los 10 primeros kilómetros de costa era del 6,6% con 16 millones de habitantes, situación que aumentó en 2011 (más del 10% con 20 millones de habitantes), cuando esas zonas representan un 8,8 de la superficie total de España.
Un suelo degradado con cemento o arrasado por los incendios pierde su capacidad de proporcionar bienes o servicios ambientales a la población. Partiendo de esta premisa, el estudio analiza la superficie (en hectáreas) de suelo alterado por urbanización e incendios en los ecosistemas de la costa entre 1987 y 2014, así como la evolución de los 10 servicios ecosistémicos a partir del cambio en superficie.
La destrucción de ecosistemas costeros por la urbanización y los grandes incendios forestales ha aumentado un 120% en los últimos 30 años, lo que ha rovocado la degradación de un 14,1% de la costa española y, en consecuencia, no producen ningún tipo de bien o servicio ambiental.
La expansión del ladrillo y del hormigón (para la construcción de viviendas, infraestructuras y zonas pavimentadas) es la principal responsable de esa situación, que ha pasado de ocupar 240.000 a 530.000 hectáreas, lo que representa un 13,1% de la degradación total, por un 1,0% de los incendios.
REGIONES COSTERAS
La degradación del suelo varía entre diferentes regiones costeras y se concentra mucho en el Mediterráneo y el sur del Atlántico, con especial mención a Barcelona (tiene degradado un 40,9% de los 10 primeros kilómetros de costa), Alicante (28,5%) y Málaga (26,2%).
De entre todas las comunidades costeras, Cataluña es la que mayor porcentaje de la franja costera tiene degradada debido principalmente a la construcción (26,4%), seguida de la Comunidad Valenciana (23,1%) y Andalucía (15,4%). Además, son de las que más población acumulan en la costa, tanto por locales como turistas. Por el contrario, Asturias (6,7%), Baleares (8,1%) y Galicia (8,4%) son las tres con menor porcentaje de paisaje degradado.
Un 36,5% de la línea de playa está urbanizada en España (el 74,3% en la Comunidad Valenciana) y más de un tercio de los ecosistemas colindantes han sido destruidos por la acción humana.
En cuanto a la evolución de los indicadores de los bienes y servicios de los ecosistemas costeros estudiados en el periodo 2005-2014, presentan un deterioro considerable y generalizado. De los 10 servicios ambientales analizados, ocho tienen una evolución negativa (cultivos y pastizales, salinas, playas naturales, hábitats naturales, áreas generadoras de evaporación, hábitats para especies amenazadas, vegetación de ribera de los cauces de agua y paisaje natural). Sólo mejoran las áreas sin vegetación y el nivel de conocimiento de los espacios naturales.
“Tras décadas de desarrollo inmobiliario y de infraestructuras en el litoral, la ocupación de la primera línea de costa ha sido masiva. Esto deja un legado de una costa saturada e incapaz de generar los bienes y servicios necesarios para un desarrollo sostenible futuro”, declaró Paloma Nuche, responsable de la Campaña de Costas de Greenpeace.
Por su parte, Raúl Estévez, experto del Observatorio de la Sostenibilidad, adujo que “el bienestar de millones de personas depende de los ecosistemas costeros”. “Los bienes y servicios que nos proporcionan son básicos para el sustento de la vida humana. Por ello, debemos detener la destrucción de la costa y sus servicios para no hipotecar nuestro futuro”, añadió.
La pérdida de los ecosistemas que proporcionan bienes y servicios ambientales es una tónica en todo el litoral español y las únicas zonas que se mantienen intactas son las que tienen figuras de protección específica (parques nacionales, parques naturales, etc.).
PROPUESTAS
Para revertir el deterioro de la costa en España, Greenpeace propone elevar la consideración política de la protección del medio ambiente y la biodiversidad, aumentar el número de áreas protegidas en el litoral y desarrollar una planificación integral del litoral por encima de la escala municipal y orientada hacia la conservación de los ecosistemas y donde se consideren los impactos del cambio climático.
Declarar las zonas de la Red Natura 2000 europea como espacios naturales protegidos autonómicos, crear infraestructuras verdes y corredores que protejan los procesos ecológicos esenciales y realizar las infraestructuras ambientales necesarias para conseguir el 100% de la depuración de las aguas residuales continentales y acabar con los vertidos contaminantes al mar son otras propuestas de Greenpeace.