La tercera votación para elegir al presidente de Italia se ha saldado de nuevo sin ganador, tal y como estaba previsto, tras días de estancamiento en torno a un nombre que genere consenso en el espectro político italiano.
Según los resultados recogidos por la prensa italiana, la mayoría de votos se han emitido en blanco, como en las jornadas de votación anteriores, aunque esta vez han bajado hasta los 412. Mientras, el nombre del presidente saliente, Sergio Mattarella, ha superado el centenar de apoyos y se ha convertido en el más votado.
Como novedad ha surgido el nombre del cofundador de Hermanos de Italia, Guido Crosetto, propuesto por su propio partido, que durante la jornada se ha desmarcado del resto de formaciones de centro-derecha y ha anunciado que no votaría en blanco en esta ocasión. Crosetto ha cosechado más de cien votos.
«Estoy conmovido, gracias», ha dicho ante la prensa italiana tras la votación. A su juicio, los votos que ha conseguido demuestran «la capacidad del centro-derecha, si quisiera, para sacar votos incluso de fuera» de partidos de su ideología, ha recogido ‘Il Messagero’.
Tras Mattarella y Crosetto, el más votado ha sido el exjuez del Tribunal Constitucional italiano Paolo Maddalena, con 61 votos. El nombre de Pier Ferdinando Casini, presidente de la Cámara de Diputados en la XIV Legislatura y actualmente senador y líder de Centristas por Europa, también ha irrumpido con fuerza en la votación. Casini ha logrado más de 50 apoyos.
Además de los votos blancos, el Parlamento italiano ha registrado 22 votos nulos y 84 votos «dispersos». Han votado un total de 978 personas, según ha informado la agencia de noticias italiana Adnkronos.
La cuarta ronda de votación para elegir al inquilino del Quirinal está prevista para este jueves a las 11.00 horas. La designación del nuevo presidente depende de 1.009 personas –321 senadores, 630 diputados y 58 delegados regionales–. Para ser elegido en alguna de las tres primeras votaciones –la última la de este miércoles–, el candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos (673), mientras que a partir de la cuarta el umbral pasa a la mayoría absoluta (505).
La renuncia de Sergio Mattarella a un segundo mandato, en un cargo más simbólico que político pero que puede marcar el devenir del país en momentos de crisis, ha abierto el abanico de opciones sin que haya un aspirante claro.