El Consejo de la UE, en el que están representados todos los Estados miembro, ha aprobado nuevas medidas para adecuar la legislación comunitaria de residuos en el futuro como parte de la política general de la Unión relativa a la economía circular, de manera que marca como objetivos que el 65% de los residuos urbanos se reciclen y menos del 10% acabe en los vertederos en 2035.
Las nuevas normas, basadas en las propuestas de la Comisión Europea que forman parte del paquete de la economía circular presentado en diciembre de 2015, fueron adoptadas esta semana y contribuirán a evitar los residuos y, cuando ello no sea posible, intensificarán el reciclado de los residuos municipales y de envases.
Los nuevos objetivos de reciclado para los residuos municipales son del 55% antes de 2025, el 60% antes de 2030 y el 65% antes de 2035.
Además, unas normas más estrictas para el cálculo de los índices de reciclado ayudarán a mejorar el seguimiento del progreso real hacia la economía circular. Las nuevas tasas de reciclaje para los residuos de envases antes de 2025 son del 50% para los plásticos, un 25% para la madera, el 70% para los metales ferrosos, el 50% para el aluminio, el 70% para el vidrio y el 75% para el papel y el cartón. Esos porcentajes se elevan un 5% en todos los casos para 2030, salvo los de metales ferrosos, alumnio y papel y cartón, que se incrementan un 10%.
También se suprimirá gradualmente el vertido de residuos y fomentará el uso de instrumentos económicos, como los regímenes de responsabilidad ampliada del productor. La nueva legislación refuerza la jerarquía de residuos, es decir, exige a los Estados miembro que adopten medidas específicas para dar prioridad a la prevención, reutilización y reciclado por delante del depósito en vertedero y la incineración, logrando de este modo que la economía circular sea una realidad.
RECOGIDA SELECTIVA
Partiendo de la obligación de recogida selectiva que se aplica al papel y cartón, vidrio, metales y plásticos, las nuevas normas de recogida selectiva de la UE impulsarán la calidad de las materias primas secundarias y su aceptación. Así, los residuos domésticos peligrosos serán recogidos de forma selectiva a partir de 2022, los residuos biológicos en 2023 y los textiles en 2025.
Además, el depósito de los residuos en vertederos no tiene sentido en una economía circular, ya que puede contaminar las aguas, el suelo y el aire, por lo que desde ahora hasta 2035 la cantidad de residuos municipales depositados en vertederos habrá de reducirse hasta un 10% o menos de la cantidad total de residuos domésticos municipales generados.
La nueva legislación prevé un mayor uso de instrumentos económicos y otras medidas en apoyo de la jerarquía de residuos. Los productores desempeñan un papel importante en esta transición, puesto que se les hace responsables de sus productos cuando estos se convierten en residuos.
Además, hará un especial hincapié en evitar los residuos e introducirá objetivos importantes para prevenir el desperdicio de alimentos en la UE y detener el vertido de basuras al mar, con el fin de contribuir a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas en estos ámbitos. Estas nuevas normas entrarán en vigor a los veinte días de su publicación en el Diario Oficial de la UE.
VEINTE AÑOS
En estos últimos 20 años, muchos Estados miembro han ido mejorando su gestión de los residuos, en consonancia con la jerarquía de residuos de la UE. En 1995, una media del 64% de los residuos municipales se arrojaba a vertederos en la UE. En 2000, esa media se redujo al 55%, aunque el índice medio de reciclado se mantenía en un 25%. En 2016, los residuos domésticos que acababan en vertederos se había reducido al 24% en el conjunto de la UE y el reciclado había aumentado hasta el 46%.
Con todo, persisten los problemas y las grandes diferencias entre los países de la UE. En 2016, diez Estados miembros todavía eliminaban en vertederos más del 50% de sus residuos domésticos y seis de ellos incineraban un 40% o más.