La ‘vieja Pescanova’ ha defendido que era «una perjudicada» tras conocer la sentencia de la Audiencia Nacional que ha condenado a ocho años de cárcel a su expresidente Manuel Fernández de Sousa-Faro por manipular las cuentas de la entidad para poder captar inversores que acabaron perdiendo su dinero, al tiempo que ha afirmado que no se le podía juzgar como beneficiario de los actos de la antigua dirección.
«Seguimos considerándolo así y defenderemos esta postura en el recurso ante el Tribunal Supremo que hemos empezado a estudiar hoy mismo», han señalado desde la sociedad, que en la actualidad tiene una participación del 1,67% en Nueva Pescanova.
En concreto, según la ‘vieja Pescanova’, los actos de la antigua dirección determinaron el concurso de acreedores de la sociedad, al que se vio abocado debido «precisamente» a las actuaciones de los otros acusados, ya que el negocio productivo de la empresa «era y sigue siendo rentable».
A ello se suma la pérdida de todo el negocio productivo de la compañía, que se traspasó a una sociedad en la que, en el momento actual, la ‘vieja Pescanova’ solo tiene una participación del 1,67%, sin que haya permanecido en la misma ningún activo o negocio en marcha que le suponga una fuente recurrente de ingresos.
INVERSIÓN
Igualmente, han destacado desde la ‘vieja Pescanova’ la pérdida por parte de los accionistas de prácticamente toda su inversión, con una acción que cotiza actualmente en torno a los 0,40 euros.
«Esto implica un perjuicio que trajo consigo la pérdida casi total para nuestros accionistas del valor de sus acciones, tal y como defendimos en la vista del juicio», han señalado desde la ‘vieja Pescanova’.
«A la vista de los perjuicios notabilísimos causados a Pescanova y a sus accionistas, no podemos estar de acuerdo con que se nos condene asumiendo que los restantes acusados actuaron en beneficio de Pescanova, puesto que la realidad dicta precisamente lo contrario: los acusados personas físicas actuaron únicamente en su propio beneficio, buscando con sus actos ocultar a los accionistas el pésimo resultado de su gestión y agravando la situación financiera de Pescanova hasta dejarla al borde de la desaparición», han añadido.
De acuerdo con el criterio de sus asesores jurídicos, cualquier cantidad a la que finalmente resulte condenada la ‘vieja Pescanova’ tendrá la naturaleza de crédito concursal (incluso de crédito concursal no concurrente) y estará sometido al menos a una quita similar a la que tuvieron que asumir los acreedores en el concurso de acreedores, equivalente al 97,5% de los créditos.