Christine Lagarde ha aprovechado las ‘horas de descuento’ previas a la reunión del BCE para añadir un poco más presión a Mario Draghi.
La directora gerente del FMI se une a otros como Olli Rehn, Joaquín Almunia o al ministro de Economía, Luis de Guindos, para pedir al presidente de la Institución monetaria que ponga en marcha los estímulos necesarios para sortear la deflación del euro y una nueva recaída en la recesión económica.
En concreto Lagarde teme que “un periodo potencialmente prolongado de baja inflación pueda debilitar la demanda, el crecimiento y generar más desempleo”, sobre todo en países como Portugal y España en los que – ha dicho – “ya empiezan a observarse los primeros síntomas de una caída generalizada de los precios”.