Las empresas que peor pagan del mundo: Portugal, Grecia y China

El comportamiento de pagos de las empresas españolas se sitúa en la media internacional, junto a compañías de Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido o Serbia, según un estudio elaborado por Informa D&B.

El informe elaborado por la filial de información comercial, financiera y sectorial de la aseguradora de riesgo Cesce analiza los hábitos para sufragar las facturas en 27 países, más la región especial de Hong-Kong, ponderando que se dispongan datos contrastables y relevantes en su zona para efectuar el análisis.

Los mejores pagadores son las compañías de Alemania, Países Bajos, Taiwán y Polonia, que abonan sus facturas de forma puntual en más del 65% de las ocasiones y en menos del 3% tarda más de 90 días en atender sus deudas.

Les siguen Hungría y Suecia, con una tasa de pagos a más de 90 días inferior al 1% y con abonos puntuales de entre el 50% y el 60%.

Al otro lado de la balanza, las peores prácticas se localizan en Portugal, Grecia y China, ya que los pagos puntuales no llegan al 30% y más del 5% se desembolsan pasados más de 90 días.

Solo ligeramente mejor que estas compañías serían las de Bulgaria e Israel, donde satisfacen sus recibos y deudas en plazo en menos del 25% de las ocasiones, pero tampoco con las que acumulan las deudas más viejas ya que los pagos a más de 90 días, son inferiores al 3%.

España estaría en una suerte de pelotón intermedio, donde las compañías cumplen en plazo con entre el 30 y 60% de las facturas y apenas demoran entre el 1 y 6% aquellos abonos que exceden los 90 días.

Se trata del pelotón más numeroso y donde figuran empresas de lugares tan dispares como Luxemburgo, Croacia, Eslovenia o Hong Kong, junto a las de Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Francia, India, Irlanda, Italia, Reino Unido, Serbia y Tailandia.

Según Informa D&B, la gran diferencia a la hora de satisfacer deudas no depende necesariamente de la situación económica del país, sino que influyen otros elementos como la legislación, el sistema judicial, los mecanismos de pago y cobro, la organización empresarial y hasta factores culturales.