A lo largo de 2016 la economía nipona se expandió un 1% en términos reales tras el avance del 1,2% del año anterior.
La economía japonesa creció entre octubre y diciembre por cuarto trimestre consecutivo, y cerró 2016 con un incremento del PIB del 1%, gracias sobre todo al avance de las exportaciones y pese a la debilidad del consumo doméstico.
Los datos difundidos hoy por el Gobierno nipón suponen la mejor racha de la tercera economía mundial en más de tres años, aunque siguen mostrando debilidades estructurales que ponen en duda la robustez de su crecimiento.
Las críticas lanzadas contra la política comercial y monetaria de Japón por el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, también proyectaban sombras sobre el horizonte de un país con alta dependencia de las exportaciones, cuyo auge se ha cimentado sobre la debilidad yen.
Los temores de Tokio hacia una posible política comercial hostil de Washington, no obstante, se han disipado en parte con el buen entendimiento que mostraron Trump y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, durante la cumbre que celebraron el pasado fin de semana en Estados Unidos.