El ahorro que las familias españolas mantienen en los bancos españoles se ha disparado en casi 100.000 millones de euros desde el estallido de la pandemia del coronavirus, como consecuencia de las restricciones para contener y la expansión de la enfermedad y de una mayor prudencia ante la incertidumbre generada.
Según la última estadística del Banco de España, los depósitos de los hogares españoles se situaban al final de julio en 942.800 millones de euros, frente a los 851.900 millones de febrero de 2020, antes de la irrupción de la pandemia en España.
Esto supone que el ahorro de las familias ha crecido un 10,7% desde entonces, concretamente en 90.900 millones de euros. De hecho, su volumen se ha incrementado mes a mes, a excepción de la disminución de 400 millones de euros que experimentó en agosto de 2020, coincidiendo con una etapa de mayor gasto por el periodo vacacional.
Esta evolución del ahorro es consecuencia de que la caída del consumo de los hogares ha sido más acusada que la de las rentas, que se han visto apoyadas por las medidas públicas dirigidas a mitigar los efectos de la pandemia.
A su vez, el menor consumo de los hogares responde a un componente voluntario, en la medida en que muchos han decidido incrementar su ahorro por precaución ante la incertidumbre generada por la crisis sanitaria, y a un componente forzoso, derivado de las restricciones impuestas a la movilidad de las personas y a la realización de algunas actividades para contener la expansión del virus.
En su último informe trimestral de la economía española, el Banco de España prevé que el levantamiento de las medidas hasta ahora impuestas para el control de la enfermedad haga desaparecer el componente forzoso del ahorro, a la vez que la reducción de la incertidumbre disminuirá el componente voluntario.
En un escenario central, el organismo estima que la tasa de ahorro experimentará una reducción continua en los próximos años, si bien todavía se situaría, en el promedio de 2023, algo por encima de su nivel previo a la crisis.
Entre los motivos que justifican este supuesto, el supervisor apunta que son los hogares de rentas más altas, cuya propensión al consumo es más reducida, los que más han ahorrado, lo que se une a que el gasto que se dejó de realizar no puede recuperarse fácilmente, especialmente el relativo al consumo de servicios, como la hostelería.
Por otro lado, el informe consultado por Europa Press incide en que los hogares podrían decidir restringir voluntariamente su nivel de gasto ante la expectativa de que el elevado volumen de deuda pública acumulado con la crisis conduzca a un aumento de impuestos en el futuro.