Especular con la leche es más que rentable, especialmente en España donde, incluso, fuentes muy próximas al sector hablan “del oro blanco”. De las 17 empresas que operan en la industria láctea nueve de ellas pelearán a partir de hoy en la Audiencia Nacional por librarse, una vez más, de pagar la multa de 88,2 millones de euros que la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) les ha impuesto por forzar a los ganaderos a vender la leche cruda hasta un 25 por ciento por debajo del precio de coste
Esto es en síntesis lo que se deduce de la Resolución del Expediente sobre Industrias Lácteas 2 de la CNMC al que ha tenido acceso Diario Financiero. En los 125 folios la Comisión acusa a Capsa (Corporación Alimentaria Peñasanta), Celega (Central Lechera de Galicia), Central Lechera Asturiana, Danone, Lactalis, Nestle, Pascual, Puleva Food y Senoble de haberse repartido el mercado, pactar precios y desarrollar estrategias de presión relacionadas con la recogida de la leche. Conductas “anticompetitivas” -intercambio de información, reparto de zonas y estrategias coordinadas de recogidapor las que habrían obtenido de forma “ilícita” unos beneficios que oscilan desde los 827.598 euros hasta los casi 195,6 millones de euros.
Aunque Danone no fue la empresa que más se lucró, 143.731.667 millones de euros, sí será la que deberá asumir la multa más elevada. En concreto 23.201.850 euros. Le sigue en la lista Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), que obtuvo un beneficio ilícito de más de 188,64 millones de euros, y deberá afrontar una multa de 21,86 millones de euros. Cabe recordar que Capsa es además titular del 56,39 por ciento de Central Lechera Asturiana, su marca estrella, que también cosechó unos beneficios fuera de circuito de 25.313.123 millones y por los que la CNMC le reclama 698.477 euros.
Otra de las compañías de renombre implicadas es la castellano leonesa Calidad Pascual, a la que competencia ha multado con 8.560.363 euros por haber sacado un provecho a los ‘pactos de leche’ de 82.406.890 euros.
El Proyecto Carrefour
Puleva Food es la empresa que más jugó con los precios de las cántaras. En la “estimación prudente” de la CNMC, la Comisión calcula que la compañía que dirige Diego Puerta obtuvo un rendimiento irregular de 195.598.048 millones de euros. Cantidad que se suma a los 112.701.958 millones de euros que habría percibido su matriz francesa, Lactalis. Es decir, un total de 308 millones que de no aceptarse el recurso obligará al grupo proveedor de Carrefour y titular de marcas como El Ventero, President, Lauki o Chufi, a pagar una multa de 21.962.555 millones de euros (10,29 Puleva y 11,69 Lactalis).
Además de las prácticas ilícitas de las que les acusa Competencia, lo cierto es que la primacía de la industria francesa en el mercado de ventas del sector es indiscutible. Lactalis copa el 22,34 por ciento de las ventas (1.200 millones de euros), seguida de Danone 19,54 por ciento (1.050 millones). Si a ambos sumamos el 5,96 por ciento de cuota de ventas (320 millones) de Senoble –proveedor de Mercadona- nos encontramos con que casi el 48 por ciento del consumo de lácteos en España va a parar a manos de empresas de capital francés. De hecho, la primera compañía española en aparecer en el listado es la presidida por Tomás Pascual, que con 729 millones de euros en ventas, cuenta con tan sólo el 13,57 por ciento de las ventas sector.
A este respecto desde Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) apuntan a lo que se conoce en el sector como “el proyecto Carrefour”. Miguel Blanco explica que “Lactalis tiene un interés decidido en el mercado lácteo español, no en la producción”. Blanco apunta a que a la industria del Centro y Norte de Europa, y especialmente a la francesa, lo que les interesa es hacerse con el segmento de derivados de la leche “para que te hagas una idea, sólo el 1,7 por ciento del queso de vaca que se consume en el mercado europeo es español”, añade.
Aunque la resolución se conoció el pasado mes de marzo, lo cierto es que en el informe de la CNMC se recogen extractos de correos electrónicos que demuestran que el conocimiento de los precios de compra de leche cruda entre los distintos competidores viene de lejos. El primero data de 2003 y se produjo entre trabajadores de Nestlé “te transcribo lo que comentamos por teléfono sobre la subida de octubre: Puleva: continúa con la subida que había pactado con sus cooperativas […]. Danone: sube una peseta en octubre; parece que la presión proviene sobre todo de sus cooperativas de Lalín y Guitiriz. […] Lacatalis: ha pedido leche para todo este mes al resto de empresas; debido a la pérdida sufrida desde el mes de julio (50.000 lts/día) el precio es para ellos secundario; han subido más de cuatro pesetas en total […]para octubre han dicho que no pueden dejar ir a nadie por precio salvo los ganaderos que ya tienen mejor pagados […]. Pascual: esconde sus intenciones. Larsa: todavía no he conseguido hablar con ellos”.
Entre las pruebas que se aportan en el informe se hace referencia incluso a las “Navidades de Clas”, operación con la que, en diciembre de 2004, se habría orquestado una bajada de precios coordinada “hay que bajar el precio de la leche. Nosotros CLAS, la bajaremos si lo hacéis los demás”.
Lactalis también es la autora del informe “Reunión Aprovisionamiento Nadela 2006”, más explícito si cabe “como de costumbre las tres empresas en anunciar la bajada de precios hemos sido Capsa, Lactalis y Puleva. Danone y Leche Pascual se apuntaron al carro a partir de febrero, con la excusa de que si los demás bajamos ellos tenían que bajar”.
Ya en fechas más recientes, el 16 de agosto de 2011, se produjeron nuevos cruces de correos electró- nicos entre Lactalis y Pascual. Uno de ellos, emitido por la francesa lleva por título “Resumen semanal 32” y en él se reconoce el contacto con “el responsable de compras de Leche Pascual en Cataluña y entendí el actual malestar por la fuerte subida de julio. […] Me confirma que no tiene ninguna necesidad de volumen en Cataluña.
Amenazas
Los contactos entre el G-4/G-5 (Lactalis/Puleva, Danone, Pascual y Capsa) habrían cruzado la línea roja de la ética al producirse “intercambios de información sensible sobre ganaderos”. Incluso el informe recogen varias comunicaciones en las que se emplean términos amenazantes, como la que se produce entre Puleva y la ganadería SAT San Antón “[…] Puleva Food viene a designar como sociedad receptora de toda la leche comercializable que produzca su explotación a Forlactaria Operadores Lecheros, S.A. […] En el supuesto de que no se acepte la obligación de entrega a la nueva sociedad o el pago anticipado de la cantidad pendiente de los anticipos recibidos, nos veremos obligados a ejecutar los avales”.
Ante las acusaciones de la CNMC, la posición de las empresas implicadas es de absoluta unanimidad y todas presentarán recurso en plazo (que cumple el próximo día 03 de mayo). En declaraciones a Diario Financiero, Manuel Reinerio de Central Lechera Asturiana, ha afirmado que “no estamos de acuerdo. Hemos actuado dentro de la legalidad, por eso vamos a recurrir”. En el caso de Calidad Pascual, sus portavoces evitan hacer declaraciones “seguimos la misma línea que ya se ha hecho pública en los comunicados de Fenil (Federación Nacional de Industrias Lácteas)”.