El arte como forma de expresión permite utilizar diferentes medios para comunicar los mensajes que cada artista desee plasmar mediante su creatividad. La pintura es, dentro de las diferentes formas en las cuales el arte se puede presentar, una de las maneras de expresarse que más técnicas habilitan. Esto la convierte en un medio ideal para la experimentación a la hora de crear obras de arte únicas y distintivas, que permitan a cada artista jugar con los diferentes medios e incluso crear sus propias formas de expresión.
En busca de nuevas formas de compartir sus mensajes, Lorena Martin, directora de Hilos de Marte, implementa una novedosa técnica que utiliza hilos como elemento conductor de la creatividad, teniendo como resultados cuadros que distinguen a sus obras de arte dentro del sector. Además, esta artista realiza obras bajo pedido, para que cada cliente pueda encontrar en su arte una parte de sí mismos, conectando con la artista de manera estrecha y personalizada.
La labor de Lorena Martin pone a Hilos de Marte en una posición privilegiada y distinguida dentro del mundo artístico, que se beneficia y crece con cada aporte creativo. Creando un nexo entre emocionalidad, creatividad y pasión, esta artista es capaz de conectar con cada lienzo a través de sus hilos para obtener como resultado poderosas obras pictóricas donde la inspiración proviene tanto del exterior como del interior, porque la musa de Lorena Martin es la misma fuerza vital que mueve los hilos de sus obras. A continuación, responde a algunas preguntar sobre sus obras de arte.
¿Cómo inicia su trayectoria como pintora?
«Todo comenzó con un simple pensamiento y un constante cuestionamiento de la vida. Algo dentro de mí buscaba la profundidad en todo, el intentar comprender la grandeza de vivir, su diversidad y sus multiples conexiones.
Tras momentos de introspección y análisis, el arte ya estaba entretejiendo las respuestas que iba a darme.
Sin ningún tipo de plantación o expectativa, un día hace 7 años me enfrenté a mi primer lienzo en blanco. Aunque la primera intención de esto fue simplemente tratar de crear algo que armonizara mi dormitorio, la profundidad del momento fue ajeno a ese objetivo. La necesidad de sentirme escuchada y entendida me hizo enfrentarme a este momento con curiosidad, con ganas de ver que era capaz de manifestarse auténticamente, sin plagio y lejos de la mente. En este momento decidí poner aparte mi perfeccionismo, mi control y el orden que constantemente rigen mis días y me di permiso, dejé que mis manos fueran mis propios pinceles, que la música dictara mis movimientos y que el momento presente me revelara la sabiduría de mis trazos. Poco a poco la pieza se convirtió en un diálogo perfecto de escucha y respuesta. Esa misma noche recuerdo haber soñado estar dentro de mi obra, entre dormida recuerdo haber imaginado poner alfileres entrelazados con hilos, desperté con la idea tan clara que al bajar al sótano donde estaba haciendo mi obra vi que todo ese tiempo al lado de mi mesa de apoyo estaba la máquina de bordar de mi bisabuela, una mujer protagonista en mis primeros años de vida tras la perdida de mi madre, al verla sonreí y me di cuenta de que consciente o inconscientemente todo está conectado, lo tome como señal y como mensaje de una mentora que hoy me asesora desde un plano más elevado. Fue increíble como la máquina brinco en mi camino mostrándome las herramientas para hacer realidad ese sueño; sin embargo, como en todo, esa idea requirió de muchos meses de paciencia, tiempo, prueba y error que finalmente dieron fruto a la técnica Hilos de Marte, alfileres entrelazados con hilo sobre un lienzo de tela. “Cada quien su luna” fue esta primera obra, una obra sencilla que sigue cautivando mi atención. En esta pieza se observan dos círculos como referencia al ser y a la mente, así como la conexión mediante los hilos que existe entre ambas y los acontecimientos que lo conforman representado con alfileres».
¿Por qué escogió la pintura como forma de expresión?
«Siempre he dicho que mi amor a la pintura nace en gran medida gracias a una extraordinaria artista, mi tía Brenda Garza, quien me mostró siempre el arte como una forma simple y perfecta de expresión en donde no existe lo correcto o lo incorrecto, únicamente lo intuido por el alma.
La pintura es un regalo que siempre estuvo presente en mi vida, empezando por ella. Recuerdo desde chica arrullarme y disfrutar profundamente verla pintar con su copa de vino en mano, sus ideas que me parecían locas y la facilidad con la que creía en ella misma, creaba y transmitía auténticamente. Recuerdo comprender sus piezas incluso en su silencio, únicamente al observar comunicaban justo lo que ella quería explicar, mostraban esa pieza del rompecabezas pendiente de transmitir, en donde no bastaban las palabras o explicaciones sino únicamente la intuición creativa. Estos pequeños instantes despertaron en mí la curiosidad por interiorizar y cuestionarme, busqué a lo largo de mi vida distintas formas para transcribir mis analogías, como lo fue la escritura, el diseño, la arquitectura, la decoración, la moda, lo cual también me apasiona; sin embargo, siempre había algo que seguía conectándome al arte como mi mejor y más auténtica forma de expresión».
¿En qué consiste esta técnica y qué materiales usa?
«En mis obras, empleo diversas técnicas y materiales que he ido experimentando desde la curiosidad a lo largo de los años hasta llegar a diferentes resultados. Las texturas y elementos bidimensionales han sido, desde un inicio, materiales que me identifican, me gusta implementar, explorar y aplicar. Las luces y sombras que se obtienen al iluminarlas causan diferentes perspectivas y sensaciones visuales.
Más que materiales y la técnica en particular, en lo que realmente consiste mi técnica es en conectar. Conectarme a mí misma con el proceso, con la obra, con los espectadores, y lograr conectar la obra con un verdadero sentir. Esta técnica al percibirla nos conecta con el único momento que existe, el aquí ui y ahora, pero también conecta las influencias, herramientas y elementos que atan el pasado al presente y nos ayuda a imaginar un futuro deseado».
¿De dónde proviene el nombre “Hilos de Marte”?
«Hilos de Marte nace del deseo de transmitir y conectar a los demás con la verdadera intención de cada pieza, con su historia, su proceso y su autenticidad. Decidí crear una galería propia, con la finalidad de mantener la experiencia que vivo al crear y replicarla con cada uno de los interesados en mis obras, quería una galería que tuviera como principal objetivo el trato directo, la calidad, la autenticidad, la confianza, la escucha efectiva para poder entregar algo congruente e hilado desde estos principios.
Hilos de Marte es una galería fuera de las normas comúnmente establecidas en el arte. En donde las piezas cobran vida y no son únicamente un accesorio, objeto o elemento decorativo. Son relatos vividos y reencarnados.
El nombre comenzó por mantener lo más representativo a mi objetivo, “la conexión”, lo cual se representa mediante “hilos”, una conmemoración a mi técnica. “Marte” una alusión a mi apellido paterno (Martin) por la “M” y restando “arte” mi pasión. Finalmente, el nombre como resultado fue Hilos de Marte, me conecta mucho también al planeta Marte, me recuerda la conexión e identificación que muchos tenemos con este planeta, las teorías que subjetivamente muchos hacemos, lo poco que lo conocemos y lo mucho que nos falta por conocerlo. Algo que es tangible pero a su vez totalmente intangible e incierto. Esto para mí es la representación de Marte».
¿Cuál es el rol de la emocionalidad como inspiración en sus obras?
«Para mí, estar plenamente consciente de mis emociones, del momento presente y de lo involucrado en este proceso me ayuda a innovar, confiar y tener una razón válida y dentro de lo que cabe racional en mi trabajo. La emocionalidad tiene un rol fundamental para mí como artista y para mi galería, ya que todas mis obras son creadas a partir de esto.
Crear mediante la congruencia me ha ayudado a conectar mis piezas a reflexiones profundas, analogías, respuestas y preguntas, como también logran impactar de esa misma manera y con la misma fortaleza a cada espectador, causando una conexión al momento presente, a pensamientos profundos y reflexivos, y conectarnos todos de manera personal y poco a poco entender que somos una red unida con el todo.
Lo más importante para mí como artista es la responsabilidad que tengo en mi trabajo personal y en mi inteligencia emocional, para constantemente evolucionar en mi crecimiento afectivo, emocional, espiritual y social».