Las distintas fuerzas políticas del espectro político español coinciden en que aumentar la productividad es la clave para sostener el crecimiento económico reciente. Más allá de esta verdad evidente, los cuatro partidos principales tienen visiones divergentes sobre que políticas conciliar el objetivo de aumentar la productividad (en el marco de la ‘revolución digital’) con la agenda de problemas económicos del país. Así quedó de manifiesto en la mesa redonda “Postura de los grupos políticos ante las revoluciones económicas”, en el marco de las jornadas de la nueva economía digital organizadas por la Universidad Menéndez Pelayo.
En representación del Partido Popular, el ex-ministro Álvaro Nadal sostuvo que el debate político en España dificulta que se discutan temas relacionados con el «impacto disruptivo de las tecnologías digitales», debido a que aquél está de forma permanente centrado en la distribución de la renta, y no en medidas para aumentar la productividad y la riqueza.
Dijo además que los partidos que ahora apoyan a Sánchez demostraron escaso interés en la agenda digital, pues en las numerosas enmiendas al presupuesto realizada no hay prácticamente ninguna relacionada con los temas centrales de dicha agenda.
Por su parte, el representante económico del PSOE, Manuel Escudero, señaló que el crecimiento basado en las nuevas tecnologías pasa primero por garantizar que no haya exclusión social ni desigualdad, de ahí que “solo una sociedad integrada será una sociedad productiva”.
Escudero aseguró que el actual gobierno se ha planteado como objetivos la “estabilidad macroeconómica, presupuestaria, y comenzar a resolver el problema de la estabilidad territorial”, para agregar que “no hay que esperar grandes cambios de este gobierno” en otrás áreas.
El dirigente socialista afirmó que las nuevas tecnologías traen consigo ventajas e inconvenientes frente a los cuales la sociedad debe saber adaptarse. Entre los problema asociados a tecnologías como el ‘blockchain’ está su gran consumo energético; mientras que entre sus ventajas una mayor eficiencia en las transacciones comerciales, y un mejor control para garantizar la legalidad de los contratos.
Por su parte, el representante económico de Podemos, Nacho Álvarez, reconoció que la nueva economía digital impone retos ineludibles que España no está encarando. Se refirió a la baja proporción del PIB que destinan las empresas a investigación y desarrollo (I+D), principal motor del crecimiento de la productividad a largo plazo. Además puso de bulto el impacto “desgarrador” que las nuevas economías tienen sobre el mercado laboral y la necesidad de que desde el gobierno se impulsen iniciativas para minimizar este impacto. Sobre el apoyo de Podemos a Sánchez precisó que “se ha abierto una enorme ventana de oportunidades para avanzar juntos”.
Desde Ciudadanos, Susana Solís, portavoz de asuntos económicos del partido naranja, enfatizó que las nuevas tecnologías que trae la revolución digital deben verse como “una oportunidad que no podemos perder”. Tecnologías como el ‘blochain’ tendrán un impacto superior al de internet, según expertos citados por Solís, quien subrayó que los países que se adapten más rápido y mejor a estos cambios serán aquellos que podrán generar más crecimiento y empleo de calidad.
Frente a la pregunta de porqué resulta tan difícil alcanzar “pactos de estado” en temas centrales como esto, los líderes políticos citados lo atribuyeron en general al “partidismo”, al “tacticismo político” o al “no reconocimiento de la existencia de otros actores”.