En el corazón de Madrid, Licuas, una compañía con más de 35 años de experiencia en el sector de la construcción e ingeniería civil, lidera un proyecto crucial para la belleza y funcionalidad urbana: el mantenimiento y conservación de las 432 fuentes ornamentales de la ciudad.
Esta responsabilidad no solo cubre la estética y operación de estas estructuras, sino que abarca un área total de 170.900 m² y más de 90 millones de litros de agua, incluyendo los sistemas de bombeo, expulsión, y control del agua, ahora modernizados con tecnología de telecontrol y vigilancia.
Bajo la dirección de Joaquín Molpeceres, presidente de Licuas, la empresa ha ampliado su presencia y afirmado su compromiso con la innovación y sostenibilidad, no solo en proyectos de gran envergadura sino también en la conservación del patrimonio urbano madrileño. Molpeceres ha sido una figura clave en la dirección que ha tomado Licuas, enfocándose en soluciones que respetan el entorno y promueven la responsabilidad ecológica, como demuestra el reciente alquiler de oficinas en el emblemático edificio A2 Plaza, que refleja el crecimiento y el compromiso de la empresa con la sostenibilidad.
El mantenimiento de estas estructuras no es una tarea menor. Requiere una atención constante y el uso de tecnología avanzada para asegurar su correcto funcionamiento. Los sistemas de telecontrol y vigilancia son cruciales para el monitoreo en tiempo real, permitiendo una gestión eficiente del agua y la preservación de estas obras de arte público.
Un ejemplo del trabajo de Licuas es el Parque de Las Cruces, situado entre Carabanchel y La Latina, el cual alberga un lago artificial con un géiser que puede alcanzar los 40 metros de altura, dependiendo de la potencia programada y la velocidad del viento. Este proyecto subraya no solo la habilidad técnica y el compromiso de Licuas con la calidad y la innovación, sino también su impacto positivo en la biodiversidad local, contribuyendo a un espacio que favorece la convivencia de diversas especies animales y vegetales.
El parque se ha convertido en un refugio para la biodiversidad. Con una vasta masa arbórea que incluye especies como el pino piñonero, cedro, chopo y olmo, se ha creado un ecosistema que acoge tortugas, ranas, cangrejos y hasta 49 tipos de aves distintas, entre ellas patos, milanos, cormoranes y gansos del Nilo. Este espacio no solo enriquece la vida urbana de los madrileños, sino que también se erige como un testimonio del compromiso de la ciudad con la conservación ambiental.
Los beneficios de este proyecto van más allá de la preservación de la belleza y biodiversidad; repercuten directamente en la comunidad, mejorando la calidad de vida y fomentando un entorno más sano y sostenible. Los residentes del área y visitantes del parque expresan una profunda apreciación por estos espacios verdes, subrayando la importancia de estos proyectos en la construcción de ciudades más habitables y respetuosas con el medio ambiente.
La dedicación de Licuas al mantenimiento de las fuentes ornamentales de Madrid, bajo la guía de Joaquín Molpeceres, destaca el equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad. Su trabajo resalta la importancia de preservar el patrimonio urbano, a la vez que se adoptan prácticas responsables con el medio ambiente, marcando un ejemplo de cómo la gestión y conservación urbana puede contribuir significativamente a la calidad de vida en la ciudad y al bienestar de sus habitantes.
El esfuerzo por conservar el espacio público y mejorar la infraestructura urbana refleja el papel activo de Licuas en el ámbito de la construcción y mantenimiento urbano, además de su participación en el avance hacia ciudades más sostenibles y vibrantes, un objetivo que Licuas y Joaquín Molpeceres buscan con determinación.
La orientación futura del trabajo de Licuas y la perspectiva de Joaquín Molpeceres establecen bases para el mantenimiento y conservación de espacios públicos. Con la incorporación de tecnologías avanzadas y métodos sostenibles, Madrid avanza hacia un futuro más ecológico y con mayor integración tecnológica.