El Gobierno de Lituania ha aprobado este viernes mantener durante tres meses más al Ejército desplegado en la frontera con Bielorrusia, en el marco de la crisis migratoria en la región.
La ministra del Interior lituana, Agnes Bilotaite, ha justificado que «las amenazas en la frontera con Bielorrusia no han desaparecido» y que el «ataque híbrido no ha terminado», aunque ha reconocido que la situación en la frontera «parece haber amainado».
«Todavía hay varios miles de migrantes ilegales en el territorio de Bielorrusia que pueden ser explotados en cualquier momento hacia la frontera con Lituania», ha indicado Bilotaite, remarcando que, mientras el país no cuente con «una barrera física», necesita «la ayuda de los soldados».
«No podemos relajarnos y perder la vigilancia», ha insistido, por lo que ha detallado que el Gobierno pedirá al Parlamento lituano –conocido como Seimas– la ampliación de la presencia del Ejército en la zona hasta el 13 de mayo con carácter de urgencia, según ha informado la agencia de noticias BNS.
En caso de emergencia, los soldados desplegados en la frontera, como los guardias fronterizos, tienen derecho a dar órdenes de obligado cumplimiento, realizar registros personales o detener a personas sospechosas. Actualmente, según datos del Ejecutivo lituano, hay más de mil soldados desplegados para asistir a la Guardia Fronteriza.
La primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, adelantó el miércoles que no está previsto presentar al Seimas una prórroga del estado de emergencia en la frontera con Bielorrusia, en vigor hasta mediados de enero, ya que el número de personas que intenta cruzar al país está descendiendo.
En los últimos meses más de 4.200 personas según estimaciones del Gobierno lituano han intentado cruzar la frontera desde Bielorrusia. Una cifra susceptible de aumentar, pues el masivo flujo migratorio ha afectado a otros países de la región como Polonia y Letonia.
La Unión Europea ha acusado al Gobierno del presidente Alexander Lukashenko de orquestar una «agresión híbrida» contra los países del bloque como represalia por las sanciones impuestas desde Bruselas por la represión de las protestas contra los resultados de las presidenciales de agosto de 2020.