1. Falta de control de los recursos económicos. La supervivencia de cualquier empresa empieza por asegurar los recursos. La planificación de tesorería permitirá al empresario anticiparse a las situaciones de tensión y gestionar los sobrantes. Ésta será la base para gestionar de forma estratégica la obtención de más recursos a través de la negociación bancaria, la entrada de inversores o la financiación pública.
2. Descuidar el control de márgenes. Muchas empresas ven cómo les caen los márgenes por razones diversas, como la disminución de ventas o el cambio de mix de productos y de clientes. Si se detectan este tipo de situaciones es necesario tomar medidas, revisar precios o descuentos, o variar la estrategia de compras. Acciones tan sencillas como calcular el precio de venta neto o el coste real pueden evitar tomas de decisiones erróneas.
3. No calcular la rentabilidad del negocio. Conocer la rentabilidad por cliente, producto, servicio o punto de venta permitirá mejorar las operaciones y tomar decisiones comerciales clave. Para ello, es crucial segmentar la información económica relevante de la empresa a través de la contabilidad analítica.
4. Olvidar el marketing bancario. Cómo se relaciona la pyme con los bancos, cómo gestiona las tensiones de tesorería, cuál es su valoración según las compañías de rating… Cada empresa debe construir una posición negociadora fuerte y establecer una gestión estratégica del pool bancario, ya que es una de las claves de la gestión financiera.
5. Falta de previsión. No siempre es necesario el control diario, ya que hacerlo semanal o mensualmente en algunas empresas puede ser suficiente, pero una empresa debe tener una visión a largo plazo. La previsión de tesorería permite planificar los objetivos de negociación bancaria a corto y medio plazo.
6.Descuidar el sistema informático. La operativa de las empresas actuales está ligada a la existencia de software de gestión que cubre las áreas clave del modelo de negocio, como el control de cuentas. La coordinación de las implantaciones informáticas es vital para que los resultados sean los esperados.
7. No apostar por la formación continua. La clave de la gestión es una combinación de buenas prácticas y buena ejecución. Es necesario contar con un buen equipo con el suficiente conocimiento, que aprenda y mejore continuamente: desde el dominio del Excel hasta la gestión del tiempo. La formación sostiene la mejora continua y la motivación.
8. Falta de metodología. Los equipos deben imbuirse de la metodología que les permita ser más eficientes e innovar en la gestión económica de la empresa. Es necesario crear circuitos administrativos eficientes que ayuden a mejorar la productividad.
9. Falta de comunicación interna de procedimientos. Para que la información obtenida en los diferentes departamentos de la empresa sea práctica y aporte valor es importante que su obtención sea fácil, siendo clave contar con unos procedimientos de trabajo que aseguren tanto la eficacia en la gestión como un control interno adecuado.
10. Dedicar poco tiempo al análisis. A menudo, la toma de decisiones no se basa en un análisis sistemático de la realidad y los diferentes escenarios, utilizando la herramienta necesaria en cada caso, como un plan de viabilidad antes de abrir nuevos puntos de venta, cerrar centros, implantarse en otros países, contratar más colaboradores… Un plan estratégico básico ligado a un plan de acciones concretas y realizables ayudarán a poner orden y alcanzar el objetivo.
Fuente: External Financial Management
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