Los activos bajo criterios medioambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) aumentaron un 21% en 2020 respecto a 2019, hasta los 345.314 millones de euros, según un informe elaborado por Spainsif que señala que de esta cantidad, 228.551 millones se corresponden con entidades nacionales y los 116.763 millones restantes, con activos de organizaciones internacionales comercializados en España.
Si bien la asociación considera que los datos son positivos, destaca que mientras que los activos ESG nacionales han aumentado en un 10%, los internacionales lo han hecho en un 50%.
El director de Spainsif, Francisco Javier Garayoa, ha explicado en el evento anual organizado por la asociación que la baja evolución de las entidades españolas se debe a la mala situación económica del año pasado debido a la pandemia por Covid-19.
Además, por primera vez, la mayoría del mercado local es sostenible, con un 54% de los activos, mientras que en el mercado internacional estos abarcan el 98%. En el informe han participado 42 entidades, con un patrimonio monitorizado de 422.705 millones de euros.
Las estimaciones sobre el crecimiento esperado para la ISR este 2021 son optimistas: el 48% percibe que el crecimiento estará entre el 15% y el 30% y el 38% prevé que sea incluso superior, lo que Garayoa considera una «señal inequívoca» de hacia dónde se dirige la inversión sostenible.
Las temáticas más evitadas por las encuestadas son las inversiones en bombas racimo y minas antipersona, con un 79% de las respuestas, seguido de las armas de destrucción masiva, con el 67% y la producción y el comercio de armas, con el 21%.
En cuanto a las desinversiones en combustibles fósiles y carbón, las entidades internacionales muestran una mayor sensibilidad: el 59% evitan financiar estas actividades frente al 16% de las nacionales.
Por tipología de activos, el 30% es renta fija, en pleno aumento del peso de bonos verdes y sostenibles, en tanto que el 26% es renta variable. Esta última categoría ha descendido en favor de otras tipologías, como la renta variable indexada y la renta mixta.
El principal destino de las inversiones en 2020 fue Europa, con el 61%, seguido de América del Norte, con el 13% y el mercado doméstico y los emergentes, con el 10%.
ESTRATEGIAS
El 82% de las entidades internacionales ha asegurado contar con una política formal para incorporar los criterios ESG en sus procesos de análisis, mientras que solo el 55% de las nacionales afirma lo mismo.
Por estrategia, destaca el ‘screening’ basado en normas fijadas por instituciones como la OCDE y la ONU, entre otras, que según los datos reportados a Spainsif suman 44.991 millones de euros, el 13% del mercado total.
No obstante, es la integración la más utilizada, con un 45% de activos y 154.433 millones de euros. Spainsif señala que se trata una de las estrategias «más sofisticadas», y que ha adquirido una especial relevancia en 2020 y 2021: ha crecido en diez puntos porcentuales en comparación con 2019.
El ‘engagement’, es decir, el activismo accionarial a través del diálogo activo y el ‘voting’, alcanza el 9% de los activos, con 30.399 millones de euros, una cantidad similar a la de la inversión de impacto, de 32.699 millones y un 9% de los activos.
La estrategia ‘best-in-class’, basada en la selección positiva de las entidades con mejor desempeño dentro de universo de inversión, solo alcanza el 3% de los activos gestionados, con 11.909 millones de euros, aunque solo el 44% de las entidades encuestadas afirma tener una política de ‘best-in-class’ formal.
Los fondos temáticos alcanzan los 6.845 millones de euros, un 2% del total. Entre estos destacan los de energías renovables y eficiencia energética, con un 27%; la gestión del agua, con el 15%, y la inversión en gestión de residuos, con el 12%.
Las entidades nacionales han afirmado utilizar entre dos y seis de estas estrategias, mientras que las internacionales usan al menos entre siete y ocho.