Los hogares rusos están soportando la peor parte del resultado no buscado de la crisis de Ucrania y una caída en picada de los precios del petróleo, lo cual instala el escenario para la mayor caída del consumo en más de dos decenios que profundizará la recesión del país.
Aplastadas por una caída de 45 por ciento del rublo en el último año en tanto los precios aumentan, las ventas minoristas tendrán, según predice Otkritie Capital, la mayor caída desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, cuando los ahorros fueron aniquilados y los hogares soportaron escasez de alimentos e hiperinflación. Esto enfada a consumidores como Svetlana Korotkova, que está acopiando cereales y productos envasados para acumular lo que ella denomina un “colchón de seguridad”, una lección aprendida de la privación de los tiempos de la perestroika en los años 1980.
“Los recursos públicos están muy limitados en este momento, de modo que no espero una gran ayuda”, dijo Korotkova, una contadora de 42 años que habló mientras recorría un centro de compras en Tula, unos 200 kilómetros (125 millas) al sur de Moscú.
A seis años de haber presidido un aumento de 36 por ciento en las pensiones en el momento culminante de la última crisis, el presidente Vladimir Putin está ajustando actualmente los cambios en los pagos de retiro a la inflación del año pasado en tanto orienta el grueso a un programa de US$35.000 millones a sostener a los prestamistas y la industria, con casi la mitad para recapitalizar a los bancos. Como primer ministro en 2009-2010, Putin desplegó un plan de estímulo considerado por Goldman Sachs Group Inc. como el más grande del Grupo de 20 países, conforme alcanzó un total de 9,8 por ciento de la producción económica.
Recesión en ciernes
Esto contrasta fuertemente con los planes actuales del gobierno de combatir una recesión que, en opinión de los economistas, durará cuatro trimestres. Con escaso alivio a la vista para el consumo, que representa aproximadamente la mitad de la economía, Rusia corre el riesgo de una crisis más interminable, según Natalia Akindinova, directora del Centro de Desarrollo para la Escuela Superior de Economía en Moscú.
“Ahora el plan anti-crisis se centra más en los bancos y los sectores industriales, pero no en los sectores que están sufriendo más”, dijo Akindinova. “Los que sufren más son el comercio, la construcción y los servicios”.
Los consumidores se retraen a raíz de que el rublo perdió casi la mitad de su valor contra el dólar en los últimos 12 meses. La volatilidad implícita del rublo a un mes trepó hasta casi 90 al comienzo de enero para luego recortar el aumento hasta 37 el 12 de febrero. Es no obstante casi el doble del nivel de la siguiente moneda más volátil en los mercados emergentes, el real brasileño.
El Ministerio de Economía pronostica que la inflación, que subió hasta 15 por ciento con respecto al mismo período un año antes, alcanzará su pico en 17 por ciento esta primavera, un nivel no visto desde 2002.
Bloomberg