Los expertos opinan que la banca griega está «virtualmente quebrada»

La quita de la deuda es imprescindible, pero debe condicionarse al cumplimiento de los ajustes

La decisión anunciada ayer por el Banco Central Europeo (BCE) de no ampliar la inyección de liquidez a los bancos griegos más de  89.000 millones de euros es en realidad un ultimatum. De hecho la maniobra -que aumenta el estrés en la banca griega por el incremento de las garantías exigidas (colaterales)- podría haberse convertido en la pistola en la sien que obligue a Grecia a firmar, en el plazo de 48 horas, el acuerdo con el Eurogrupo.

En palabras de Juan Fernando Robles, profesor de finanzas y banca del Centro de Estudios Financieros «la banca griega está virtualmente quebrada y si Grecia no alcanza un acuerdo en 48 horas está muerta». La traducción para la economía real del país heleno sería dramática, ya que del corralito se pasaría al cierre total del grifo para los ciudadanos griegos, quienes no podrían siquiera acceder al racionamiento económico de 60 euros diarios que les impuso el propio Alexis Tsipras el pasado lunes.

La situación es límite y para la recuperación paulatina de la economía helena resultaría «imprescindible» una quita de la deuda que, por otra parte, debe estar acompañada por un conjunto de reformas estructurales «que permitan que el Estado ingrese dinero para financiar los servicios y garantizar el estado de bienestar sin necesidad de recurrir a más deuda pública», explica Robles. Una opinión compartida por el Profesor de Macroeconomía en la Universidad Cardenal Cisneros, Kamal Romero, quien además apunta que se debe «desmontar el sistema clientelar -del país heleno- más parecido a los modelos sudamericanos que a los Europeos».

¿Podrá pagarse la deuda?

En opinión de Romero «la quita ayudaría a que el esfuerzo fiscal al que se debe enfrentar Grecia sea menor». Sin embargo no sería la panacea ni solucionaría de facto el agujero negro en el que se ha convertido la economía griega. Incluso algunos expertos ponen en duda que con la quita se garantice el pago de una deuda que alcanza el 180 por ciento del PIB. Es el caso de  Javier Santacruz, economista e investigador de la Universidad de Essex, afirmó ayer en el programa Pulso Empresarial de Gestiona Radio que «en este momento la economía griega es incapaz de asumir el pago de la deuda. Está abocada a un rescate permanente».

Por otra parte de aceptarse esa quita podrían surgir ciertos recelos en países como Irlanda, Portugal o la propia España, que si han asumido las políticas de ajustes o recomendaciones que venían impuestas desde Bruselas para salvaguardar su estabilidad económica. Ahora bien, ante la necesidad de minorar la carga de la deuda se deben buscar alternativas desde la «creatividad, la solidaridad y la imaginación, algo que no le falta a Mario Draghi -presidente del BCE-«, afirmó Gayle Allarde, economista del IE Business Scholl en el mismo programa.

J.F. Robles propone un sistema de bonos perpetuos, que permitirían flexibilizar las amortizaciones de los vencimientos en el corto plazo. Allarde, por su parte, apuesta por un quita multilateral, para la que «habría acuerdo unánime en Europa», siempre y cuando «haya deuda alemana». Sea como fuere y según la economista del IE Business Scholl «debemos hacernos corresponsables de la deuda de todos los países» para lo que se requiere el desarrollo de un sistema de «mecanismos de transferencias fiscales automáticos».

Entonces ¿qué necesita Grecia?

En este punto todos los expertos coinciden, ni la reestructuración ni la quita serán suficientes. Grecia necesita un cambio radical en su sistema productivo «una reestructuración de arriba a abajo. Es un estado a medias de hacer y hay que terminar de construirlo. La clave está en volver a un gobierno como el de 2013 y 2014 para volver a generar riqueza», explica Santacruz.

El país heleno necesita, por tanto llevar a cabo una serie de reformas elementales que hagan su economía más competitiva y que parta del «cierre de la brecha del comercio exterior», afirma Robles. A ello se añadiría el desarrollo de mecanismos que incentiven la tributación entre los griegos y que hiciesen aflorar el elevado índice de economía sumergida, acompañados de subidas fiscales generalizadas en impuestos indirectos y una reducción del gasto público.

Medidas que podrían haberse recogido en las modificaciones del último documento de propuestas que Alexis Tsipras ha presentado esta misma tarde en la Cumbre de Presidentes Europeos, celebrada esta misma tarde en Bruselas. Y en del que la palabra quita no se habría eliminado.

En este sentido queda por tanto ver qué sale de esa nueva reunión convocada por el Eurogrupo para mañana, en la que de aceptase el mix reformas – quita, según los expertos Romero y Robles ésta «se haría efectiva después de verano, muy probablemente en septiembre y siempre y cuando el gobierno griego cumpliera con sus compromisos».

En cualquier caso y quitas aparte, lo que queda más que claro es que para evitar la quiebra técnica de los cuatro bancos griegos y llevar al país al desastre el BCE debe mantener la inyección de liquidez dando vía libre a nuevos préstamos de emergencia y todo por, como dicen los expertos «haber inyectado de política una cuestión técnica».