Los hombres representan más del 85% de las personas que forman parte de órganos asesores y toman decisiones clave sobre la pandemia del coronavirus en el mundo, según un análisis realizado en 193 países pertenecientes a la ONU.
El estudio, publicado en la revista ‘BMJ Global Health’, indica que hay un «patrón inquietantemente aceptado de gobernanza de la salud mundial» que influye en la respuesta a la pandemia y, en última instancia, cuesta vidas.
Existen numerosos compromisos mundiales y nacionales para avanzar hacia una gobernanza de la salud global con inclusión de género, pero el coronavirus cogió al mundo por sorpresa, lo que obligó a que muchos grupos asesores y paneles de expertos se establecieran muy rápidamente.
Para averiguar lo inclusivos y representativos que son estos órganos desde el punto de vista del género, los autores recopilaron hasta el pasado junio información sobre órganos de expertos y tomadores de decisiones nacionales y mundiales respecto al Covid-19 en 193 países que forman parte de la ONU.
Lo hicieron a través del crowdsourcing, búsquedas específicas de ‘literatura gris’ -como investigaciones no publicadas y declaraciones políticas- y la divulgación que hacen los gobiernos nacionales o las oficinas de país de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La mayor parte de la información no era de fácil acceso ni estaba disponible públicamente, lo que obstaculizaba los esfuerzos para obtenerla y, «en última instancia, la capacidad de hacer que los países rindan cuentas de los compromisos asumidos anteriormente», señalan los autores.
Los investigadores detectaron 115 grupos de trabajo de expertos y responsables sobre Covid-19 en 87 países. Los hombres ocupaban más del 85% de los cargos, en tanto que las mujeres lo hacían en un 11,5% y había paridad de género en un 3,5% de los casos. Además, el 81% de los órganos estaban encabezados por hombres.
SESGOS SOCIALES Y ESTEREOTIPOS
Aunque los grupos de expertos tenían con mayor frecuencia proporciones más altas de mujeres o paridad de género que los comités de toma de decisiones, esto probablemente refleja posibles sesgos sociales y estereotipos de género en torno al liderazgo, sugieren los autores.
Por ejemplo, en Estados Unidos las mujeres representan sólo un 9% de los miembros del grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca y el 82,5% del equipo de respuesta a la pandemia creado por la agencia principal de salud pública.
Según los autores del estudio, la Covid-19 es más severa y letal entre los hombres, pero las mujeres se han visto más afectadas social y económicamente al asumir responsabilidades de cuidados prolongados y no remunerados, y sufrir más riesgo de violencia doméstica y sexual, y de pérdida de acceso a los servicios de salud materna y reproductiva por el cierre de centros sanitarios.
Las pandemias de ébola y el zika también se asociaron con un aumento de las tasas de mala salud y muerte materna, así como con embarazos no deseados y abortos inseguros.
«Se necesita urgentemente un ‘nuevo modo predeterminado’ de gobernanza diversa e interseccional para enfrentar las crisis futuras de frente y guiar una recuperación saludable y equitativa de la Covid-19», afirman los investigadores.
Para ello, proponen que los grupos de expertos sobre la pandemia tanto en los países como en el ámbito internacional sea verdaderamente representativa en cuanto a género, etnia, raza, cultura, geografía y discapacidad.
«Llegar a una masa crítica de mujeres en puestos de liderazgo, incluso como resultado de una selección intencional o cuotas, beneficia los procesos de gobernanza mediante la alteración del pensamiento grupal, la introducción de puntos de vista novedosos, una mayor calidad de supervisión y gestión, una gestión de riesgos más eficaz y una deliberación sólida», aseguran.
No en vano, los autores subrayan que los países con mujeres al mando se han asociado con respuestas al Covid-19 particularmente efectivas, menos casos y menores tasas de muerte por la enfermedad.