Los rebeldes hutíes de Yemen han confirmado este lunes por la noche ataques contra dos buques que navegaban en el mar Rojo y otro más contra un barco en el mar Mediterráneo, sin que hasta el momento se hayan confirmado víctimas, en una serie de operaciones que han realizado en respuesta al bombardeo israelí contra el campo de desplazados en Al Mawasi que ha dejado 90 muertos.

El primero de los buques atacado ha sido el ‘Bentley I’, de propiedad israelí pero de bandera panameña, y que ha sido objetivo de misiles balísticos y drones de superficie, según ha informado el portavoz de operaciones militares de los hutíes, Yahya Sari, en su canal de Telegram.

Por su parte, el Mando Central de Estados Unidos ha confirmado esta acción contra el navío, operado por Mónaco y que se encontraba transportando combustible desde Rusia hasta China.

La segunda operación ha sido ejecutada contra el petrolero ‘Chios Lion’ –de bandera liberiana, propiedad de Islas Marshall y operado por Grecia–, que ha sido dañado por la explosión de un dron de superficie, aunque el buque no ha solicitado asistencia.

Por último, el portavoz hutí ha confirmado una tercera acción realizada conjuntamente con la milicia proiraní Resistencia Islámica de Irak contra el buque ‘Olvia’ en el mar Mediterráneo, si bien el CENTCOM no se ha pronunciado sobre este último.

El Ejército estadounidense ha destruido al menos cinco drones de los hutíes en las últimas 24 horas, de los que tres se encontraban sobrevolando el mar Rojo y dos en territorio yemení controlado por los rebeldes.

Los hutíes, que controlan las zonas más pobladas de Yemen, han lanzado ataques contra territorio de Israel y contra buques a los que achacan algún tipo de relación con el país a raíz de la ofensiva desatada contra Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Asimismo, han atacado buques y otros bienes estratégicos estadounidenses y británicos en respuesta a los bombardeos de estos países contra Yemen en una intervención que Washington y Londres fundamentan en su voluntad de garantizar la seguridad de la navegación en el mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico.