El estudio de Keepunto desvela que los jóvenes que reciben un sueldo son capaces de ahorrar una cuarta parte del dinero del que dispone. El perfil del joven ahorrador: trabaja a tiempo parcial, cobra menos de 200 euros y destina sus ingresos a salir con los amigos, ropa y cuidados personales, principalmente. El 13,6% de los encuestados trabaja o compatibiliza trabajo y estudios, apenas una tercera parte de lo que ocurre en Estados Unidos, donde un 35,6% de los jóvenes sufragan sus estudios.
Ha analizado en su nuevo informe ‘Keepunto: El Sueldo Mensual de los Adolescentes’ el perfil tipo del joven ahorrador. La encuesta, realizada entre 500 jóvenes de entre 16 y 19 años, ha encontrado una notable diferencia entre el nivel de ahorro de los jóvenes que tienen un empleo, que destinan hasta un 25% de sus ingresos, frente a aquellos que no tienen un trabajo, que sólo declaran ahorrar el 10,5% del dinero del que disponen.
Traza una radiografía del trabajo juvenil en España. El 13,6% de los encuestados está trabajando o compatibilizando trabajo y estudios, mientras que el 82,4% declara estar estudiando. Los datos españoles son netamente inferiores a la media de la OCDE respecto al número de jóvenes que estudian y trabajan: en el conjunto de países que la forman, el porcentaje de jóvenes que estudian y trabajan se sitúa en un 31,3%, y es superior en países como Reino Unido (31,9%) o Estados Unidos (35,6%), donde muchos jóvenes sufragan sus propios estudios y gastos.
El perfil del joven ahorrador.
Las actividades sociales y salir con los amigos siguen siendo la principal fuente de gasto de los jóvenes, tanto si tienen un salario como si reciben una asignación por parte de su familia. Salir a cenar, al cine o de fiesta con los amigos supone más del 55% del gasto de los que no trabajan, mientras que aquellos que sí tienen un empleo destinan a las mismas actividades un 39,5% de sus ingresos. Aunque la diferencia porcentual es notable, cabe destacar que en términos absolutos el gasto es prácticamente idéntico: los que trabajan sólo emplean 1,6 euros más a la semana en estas actividades.
La principal diferencia entre los jóvenes que trabajan y los que no lo hacen, desde el punto de vista de sus finanzas personales, se centra en qué hacen con los ingresos que reciben. Además de destinar una cantidad mayor de su dinero a ahorrar, los jóvenes trabajadores destinan una cantidad mayor a atender necesidades que, en el caso de los que no trabajan, son atendidas por sus padres. En este sentido, el gasto en ropa y cuidado personal (colonias, cremas, etc.) es sensiblemente más alto en este colectivo que en el de los que no trabajan, así como también su aportación a partidas como el consumo de móvil.
Respecto al tipo de trabajo que realizan, los jóvenes empleados entre los 16 y 19 años lo hacen, principalmente, a tiempo parcial: el 38,2% trabaja a tiempo parcial durante toda la semana, el 29,4% lo hace sólo algunos días de la semana y el 23,5% trabaja los fines de semana. Ninguno de los encuestados ha encontrado un trabajo a tiempo completo.
Y si nos fijamos en la retribución que reciben, la gran mayoría obtiene menos de 200 euros (41,2%), mientras que es minoritario el número de jóvenes que cobran entre 600 y 800 euros (2,9%), y ninguno supera esa cifra. Entre los 200 y los 400 euros se sitúa el 32,4% de los jóvenes, y un 23,5% declara obtener de 400 a 600 euros al mes por su trabajo.